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Si te preguntabas para qué sirve el depósito del amortiguador trasero, aquí tienes la respuesta

Las suspensiones presurizadas tienen mejor rendimiento
Fotos: Öhlins
Te habrás fijado que algunas motos cuentan con un depósito del amortiguador trasero que está a su lado. ¿Es estético? ¿Sirve para algo? Este vídeo es la manera más clara de ver para qué sirve.

Aunque seguro que has visto circulando por ahí como cortaban el depósito de un amortiguador trasero y no servía para nad,a hay que decir que eso no es así en los amortiguadores de verdad. Si a un buen amortiguador le quitas el depósito va a perder toda su efectividad, pues es una parte fundamental en el funcionamiento. Igualmente, si no está correctamente presurizado sirve de poco.

No hay una manera más gráfica de entender cómo funciona un amortiguador con depósito que este vídeo. En concreto se trata de una reproducción del sistema de Öhlins en el que podemos ver el amortiguador principal y el depósito. Esto tiene una doble función y es que, por un lado, permite que en el amortiguador haya una mayor cantidad de aceite y, por tanto, hace que el sistema se refrigere mejor. Pero la parte más importante es que permite que el amortiguador esté presurizado, como comentábamos antes y el funcionamiento sea mucho más estable.

Las MotoGP y algunas deportivas cuentan con suspensión delantera presurizada

El depósito del amortiguador evita la cavitación (siempre que esté bien presurizado)

Para ello el depósito tiene también su propio émbolo que ayuda a la estabilidad, separando la zona de líquido de la de gas que se encuentra en el interior. Pero todavía hay más y es que como se puede apreciar en el vídeo, en el momento que el sistema no funciona correctamente (en este caso al quitarle la presurización) el aceite del interior comienza a cavitar.

El proceso de cavitación es un efecto hidrodinámico, en el que se comienzan a crear burbujas en el líquido como si estuviera hirviendo debido a la disminución de la presión. Por eso ves como que el aceite se enturbia. Luego, cuando vuelven a introducir la presión necesaria, como por arte de magia, esas burbujas desaparecen.

Lo que permite la presión constante es, precisamente, evitar esa formación de burbujas y por tanto un rendimiento mucho más homogéneo. También es un recordatorio fantástico de que las suspensiones hay que revisarlas de manera periódica cada dos años por parte de profesionales, y más todavía en el caso de los amortiguadores presurizados. Por cierto, también hay horquillas presurizadas en algunas superdeportivas y en competición, y el funcionamiento es básicamente el mismo.

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