El año pasado Ducati dio el primer paso al ahondar en la cuestión aerodinámica con la incorporación de unos vistosos alerones (que no aletas: recuerda que hablamos de aerodinámica, no hidrodinámica). Eso nos permitió rememorar tiempos pasados en los que se buscaron diferentes soluciones aerodinámicas que tuvieron mayor o menor incidencia en la competición.
La cuestión aerodinámica sigue presente en el campeonato, con más fuerza si cabe. Yamaha siguió los pasos de Ducati y esta temporada la M1 oficial viste unas bigoteras más grandes y vistosas. Sin embargo, esta iniciativa no es acogida con idéntico entusiasmo por sus pilotos. Mientras que Jorge Lorenzo usa los alerones, Valentino Rossi reconoce que estéticamente no le gustan, y que además no le encuentra ninguna de sus pretendidas ventajas. Honda también ha adoptado unos alerones, aunque de menor tamaño que los de Ducati y Yamaha.
¿Qué se busca con estos apéndices aerodinámicos? Realmente son mucho más efectivas de lo que cabría imaginar, porque permiten que el tren delantero se asiente con mayor firmeza en el suelo, aumentando su superficie de apoyo y, por tanto, mejorando su estabilidad. Además, son un recurso eficaz contra el “wheeling”, la tendencia a levantar la rueda en las aceleraciones. Su uso también depende del circuito. En Losail, Bradley Smith si utilizó los alerones, pero Pol Espargaró no dado que Losail es una pista que requiere poco “anti-wheeling”.
Pero también parece ser que tienen un segundo efecto, y es el de crear turbulencias. La huella aerodinámica que dejan las motos con alerones hace que sea incómodo permanecer en su rebufo debido a las turbulencias que generan.
KTM ha trabajado mucho la aerodinámica de sus motos, y en pretemporada Mahindra también presentó unos apéndices aerodinámicos, unos pequeños suplementos que, de momento, no están usando en Losail.
De momento no hay ninguna regulación específica para los alerones más allá de que sus dimensiones no pueden exceder la anchura máxima de la moto, y que el perfil del ala ha de ser redondeado con un radio mínimo de 2,5 mm, pero no sería de extrañar que dado el crecimiento de su uso, se termine desarrollando una legislación específica sobre la materia.
