Sólo Andrea Iannone pudo con Marc Márquez, en la última cita en la República Checa. En su primer año en Moto2, el piloto Repsol es segundo en la clasificación general y llega a los Estados Unidos tras recortarle 39 puntos al líder Stefan Bradl, aun así el alemán no baja el pistón y sigue demostrando estar a un gran nivel, sólo roto por el piloto español.
Indianápolis es un circuito que se le resistió en los años anteriores en 125cc, pero donde tiene la vuelta rápida en la categoría del octavo de litro. Después de lograr tres victorias y un segundo puesto en los últimos cuatro Grandes Premios, al pupilo de Emilio Alzamora se le presenta en el trazado estadounidense un nuevo reto en el que seguir aprendiendo y creciendo encima de su Moto2.
«El Gran Premio de la República Checa era una carrera importante después de las vacaciones —es un circuito que siempre nos había costado—, y lo cierto es que fue muy divertida, se vio mucha pelea y al final estuvimos a un buen nivel, así que vamos a Indianápolis con muchas ganas. Además, vamos a uno de los países en los que me gusta más competir, porque el ambiente allí es muy especial.
Es un trazado bastante peculiar, completamente plano, de los más bacheados del campeonato y con muchos cambios de asfalto. Veremos cómo lo han reasfaltado, porque se tiene que tener en cuenta. Con la 125cc se me dio bien; es un circuito divertido y se tienen que preparar bien las curvas para poderlas enlazar sin perder tiempo».
