Cal Crutchlow sigue recuperándose de su complicada lesión en su pierna derecha después del accidente que sufrió en el GP de Australia. El británico se fue al suelo en la primera curva de Philip Island, durante el FP2, y en la caída se fracturó la tibia derecha y el maléolo. La lesión supuso el final de la temporada para Crutchlow, que sigue recuperándose e intentará estar listo para los primeros test que se celebrarán en febrero.
Los pilotos del mundial de MotoGP se bajaron de la moto el 29 de noviembre, cuando acabaron los test de Jerez. Después de las (forzosas) vacaciones de invierno, volverán a la acción en Sepang, donde se realizarán los primeros test de 2019 del 6 al 9 de febrero. Cal confiesa que para ningún piloto es fácil volver a la pista después de unas vacaciones tan largas: “casi no puedes levantarte de la cama, te duele el cuello”.
La importancia de los test de Sepang va más allá de poner la moto a punto para la competición, porque a los pilotos les sirven también para ir recuperando, poco a poco, la forma física y prepararse para la competición. Es típico oir a los integrantes del mundial que quieren llegar a la primera carrera al “100% en forma”. Pero en un deporte de tanto riesgo, en el que es muy fácil sufrir un accidente, Crutchlow opina que es imposible estar en un estado físico perfecto, por mucho que se entrene y se trabaje: “en este deporte nunca estás al 100%… Valentino se rompió la pierna (en 2017) y apuesto a que todavía sigue influyendo en él de alguna manera”.
Además de los accidentes, para Cal la edad también es un factor importante en el estado de forma. Él confiesa que “desde que cumplí 30 años se ha vuelto un poco más difícil. Me lleva más tiempo recuperarme de mis caídas”.
