¿Textil o cuero? Es una de las preguntas típicas y con la misma respuesta: pues depende para qué… La función principal de nuestro equipamiento es la de protegernos de las inclemencias del tiempo y a su vez de la abrasión en caso de una caída. Partamos de la base que el frío físico, no existe. Lo que realmente existe, es la ausencia de calor. Un cuerpo irradia o no irradia calor, y en nuestro caso la temperatura corporal es de 36º, por tanto lo que debemos hacer es evitar perder calor aislándonos de la mejor manera posible.
Los dos factores que más influyen en la pérdida de calor son el viento y el agua, por su facultad de refrigeración, principalmente esta última. Analicemos un poco las ventajas e inconvenientes de cada uno de los materiales. Comenzaremos con el cuero: la piel animal es el material más antiguo con el que el ser humano se ha protegido de las bajas temperaturas, ya que ejercía de cortaviento y el pelo de fuente de calor (o aislante). El proceso del curtido de dichas pieles dio origen al material que conocemos por cuero, al que generalmente se le quita todo rastro de pelo, para darle mayor ligereza y flexibilidad, pero perdiendo su poder calorífico.
Ventajas del cuero: al ser un material orgánico y poroso es transpirable sin por ello perder su poder de detención del viento y eso es una facultad importantísima, ya que si comenzamos a transpirar mucho, nuestro propio sudor –que no es otra cosa que agua- nos mojaría y por tanto nos refrigeraría haciéndonos perder calor, aparte de deshidratarnos. Otra gran ventaja del cuero es su elevado nivel de protección en caso de caída. Fijaos que a pesar de todos los nuevos materiales sintéticos y toda la tecnología actual, el cuero sigue siendo el material más empleado en la alta competición. Esto se debe a tres motivos; su alto poder de resistencia a la abrasión, su capacidad de deslizamiento y el elevado punto de fusión.
En una caída en moto lo más importante es desviar la energía del impacto, no absorberla, por eso el que deslicemos hasta parar por nuestra propia inercia evita las lesiones que nos produciría una parada en seco. ¿Qué ocurre? Que si deslizamos mucho el rozamiento produce calor y abrasión, y el cuero posee una gran resistencia a esas dos condiciones. En la actualidad se combinan fibras de última generación como el kevlar o materiales cerámicos, estos últimos son los mejores en la disipación del calor, con el cuero o la Cordura, en las zonas más expuestas al rozamiento, sumando las cualidades mecánicas de ambas. Por otra parte el cuero es un material que cuidándolo y dándole un mantenimiento adecuado, es decir limpiándolo y nutriéndolo con frecuencia, nos durará toda la vida.
Pero claro, también tiene sus inconvenientes. El primero es que es más pesado y menos maleable que los textiles, y que debido a su porosidad absorbe el agua y eso eleva aún más su peso. Otro inconveniente del cuero es que por sí mismo no aporta calor en invierno y necesitamos ponernos forros térmicos para evitar la pérdida de calorías. Es cierto que ahora hay cazadoras de piel a las que se le añaden tratamientos para repeler el agua y que incorporan membranas tipo Gore-Tex para hacerlas impermeables, pero a un coste muy elevado y sólo en modelos de muy alta gama y de corte turístico, no deportivo.
Para verano vemos que hay monos de cuero micro-perforados para crear una ventilación que nos ayude a disipar el calor, pero claro, no nos valen para un uso más allá de la época estival. El cuero, por lo tanto es el material más indicado para una utilización en condiciones no muy extremas de temperatura y para la práctica de la conducción deportiva en circuito y carretera.
Textiles
El material más extendido es la Cordura, que no es más que un tejido de nailon (poliamida) con mayor resistencia a la abrasión que el material del que parte. La hay de diferentes grados de resistencia (300, 500, 600) y su ventaja principal es que resulta mucho más ligera que el cuero y más dúctil para el día a día. Este material es el que se ha impuesto para una utilización turística dada su versatilidad. Al combinar la Cordura con el Gore-Tex y con los forros de Thinsulate, obtenemos unas prendas con una alta protección térmica y buena seguridad en caso de caída.
El Gore-Tex y sus sucedáneos son nuestra principal arma en la protección contra el frío. Básicamente se trata de una membrana micro-porosa, cuyos poros son menores que la molécula del agua, pero mayores que la del vapor de agua (transpiración corporal), y debido a esto impide que la lluvia y el viento lleguen a nuestro cuerpo evitando a la vez que se produzca la sudoración por falta de transpiración.
Existen diferentes tipos de chaquetas y pantalones en este material, desde las más técnicas y avanzadas con el Gore-Tex laminado y adherido a la capa externa de Cordura, o a base de capas independientes conocidas comúnmente como “trifásicas”. Todas cumplen su función y dependiendo del uso al que estén destinadas deberás decantarte por una u otra.
En cuanto a prendas de corte clásico, las primeras chaquetas y pantalones que se diseñaron para combatir el frío y el agua fueron fabricadas en tejidos vegetales como el algodón, encerándolas para lograr su impermeabilización. El ejemplo más claro son los famosos Barbour, que siendo esta una marca comercial, se convirtieron en un genérico para referirnos a este tipo de prendas. Cuando no había otra cosa, pues estaban bien. Pero su resistencia a la abrasión era bastante baja y requerían de un mantenimiento muy constante de encerado para no perder su propiedad aislante.
Actualmente están muy de moda los pantalones de loneta o tejanos con inserciones de Kevlar interiores: algo más que un vaquero protegen, desde luego, pero no dejan de ser un poco placebo. Estos nos valen para un uso no intensivo y principalmente por ciudad y a baja velocidad. Pero insisto, algo más que un pantalón normal de calle protegen.
Desventajas de los textiles: pues en primer lugar yo destacaría mayor caducidad y necesidad de cuidados frente al cuero. Por otra parte, en caso de una caída, estos materiales por su propia estructura, tienen menos capacidad de deslizamiento y al arrastrar por el suelo tienden a “engancharse más” y esto hace que la energía del impacto se disipe peor que con las prendas de cuero. La incorporación de los anteriormente citados materiales cerámicos, minimiza este problema.
Para acabar, tener varias prendas enfocadas a cada tipo de utilización sería lo ideal, pero a un coste muy elevado, y si no puedes optar a esta solución, debes intentar buscar la máxima polivalencia en tu equipamiento. Afortunadamente en la actualidad se ha democratizado mucho el sector y podemos encontrar chaquetas y pantalones con una excelente relación calidad- precio.
Pero, el viejo axioma de “cuanto más caro, mejor es”, generalmente se cumple, y yo siempre he pensado en que invertir en nuestra seguridad siempre es barato. Puedo confirmar por experiencia propia que cuando llega el momento de la verdad y te tiras ocho horas bajo una lluvia infernal, con temperaturas bajo cero, es cuando se nota la diferencia de calidad entre un equipamiento u otro. Ya has ha amortizado ese sobreprecio que pagaste al adquirirlo.
Dedicado a Tomás Díaz-Valdés, maestro del periodismo de motor, recién fallecido cuando escribo estas líneas. #stopcoronavirus #yomequedoencasa