La suspensión activa no es nueva. Ya hace más de cuatro décadas que se empezó a investigar en la suspensión activa, con controles electrónicos tal como la conocemos hoy en día. De hecho, en este vídeo incluso verás como, a principio de los ’90, en la F1 se mostraba cómo funcionaba el sistema de Williams en los boxes.
El concepto básico de la suspensión activa, y esto es fundamental, es que gracias a ella cada rueda se puede gestionar de manera independiente y se consigue una mayor adherencia. Pero en motos la suspensión activa no está tan extendida. Y no lo está porque es más cara que una suspensión pasiva debido a los elementos que la componen y, también, porque en las motos no ha demostrado tanta eficacia como en vehículos de cuatro ruedas.
Al fin y al cabo, con dos ruedas y un tamaño y peso reducido y, especialmente, pudiendo reglar las suspensiones, se puede conseguir un buen rendimiento con una menor inversión. Pero eso no quiere decir que no haya motos en el mercado con suspensión activa, ni que las marcas no sigan trabajando en su evolución.
Precisamente Yamaha, que en su catálogo cuenta con la R1M con suspensión activa, ha presentado una patente que busca mejorar el rendimiento de la suspensión activa en la frenada. Uno de los grandes problemas que tenemos en la moto a la hora de la frenada es la transferencia de pesos, y el cómo esta transferencia de pesos influye en el comportamiento de la moto y en el trabajo de las suspensiones.
La suspensión activa de Yamaha acercaría el comportamiento de calle al de una MotoGP actual
Ante una frenada fuerte, la suspensión delantera se va a hundir, que es lo que podríamos esperar. Pero el problema es que en esta situación la rueda trasera puede perder el contacto con el asfalto y ahí todo puede complicarse. Con esta nueva patente de suspensión activa, en un momento en el que la electrónica va ganando terreno en las motos de calle, lo que se busca es mantener mucho más estable la moto, evitar que se hunda, pero solamente en caso de necesidad.
Y no sólo eso, también trabajan en controlar el tren trasero para conseguir la mejor tracción en aceleración, buscando el mismo funcionamiento que el denomidado “rear device” de las MotoGP, pero todo controlado de manera electrónica en lugar de tener que activarlo manualmente.
Este paso tecnológico llevaría la suspensión activa un poco más lejos y podría mejorar no solamente el rendimiento en motos deportivas, sino la seguridad en todo tipo de motos. De todas maneras el problema seguiría siendo el mismo, y es que por muy bien que suene estamos seguros de que no será barato…