Honda y Kawasaki fueron las primera marcas en sacar modelos de calle tetracilíndricos 4T de altas prestaciones, algo que el resto de fabricantes no tardarían en imitar. Suzuki lo hizo en 1976 con su GS 750, pero hasta entonces, siguió confiando en las mecánicas 2 tiempos.
Así, la GT 750 (sustituta de la T500) se mostró como el buque insignia de la gama asfáltica de Hamamatsu, una máquina tricilíndrica en línea de 739 cc refrigerada por agua (el primer modelo de producción en incorporarla) con 67 CV a 6.500 rpm, caja de cambio de 5 velocidades, doble disco de freno delantero y 219 kg en seco. La linealidad de su motor la hacía más utilizable que su rival directa, la Kawa 750 H2.

La tendencia cafe racer, tan de moda en los últimos años, no entiende de edad por lo que algunos han recuperado tan insigne modelo para aligerarla, mejorarla y transformarla en una auténtica guerrera callejera.
Esta versión se ha restaurado convenientemente aprovechando para potenciarla. Así, bajo colores Suzuki de los ochenta con asiento monoplaza y semimanillares, emplea pistones/embrague Wiseco, filtros K&N, escape triple Bosson, monoamortiguador trasero Öhlins, llantas GSX-R1000, depósito de gasolina de Honda NSR250 con toma de llenado rápida de resistencia, horquilla telescópica de Katana 1100, discos lobulados, latiguillos metálicos, pizas/soportes mecanizados, estriberas racing, etc.
