Cuando tenemos una moto, sabemos perfectamente como ha sido realizado el mantenimiento, en que plazos se han llevado a cabo las revisiones, el estado en el que están sus componentes… Sin embargo, si compramos una moto de segunda mano, esta información puede no estar tan clara en muchos casos si no tenemos un libro de revisiones al día.
Para evitarnos sorpresas y tener la certeza, lo mejor que podemos hacer es revisar algunos puntos clave y aunque nos tengamos que gastar algo de dinero, lo mejor es realizar esa pequeña inversión y poner algunos aspectos de nuestra nueva moto de segunda mano al día.
Lo primero que es recomendable hacer es cambiar el aceite de nuestra moto. Así mismo, debemos cambiar el filtro de aceite y sería muy recomendable hacer lo mismo con el de aire e incluso el de gasolina. De esta manera nos aseguraremos de que nuestro motor tiene la lubricación necesaria y que su alimentación será correcta.
Por otra parte, no es mala idea la de cambiar también el líquido de frenos o al menos, revisar si es necesario purgar el sistema. De la misma manera, puede ser necesario sustituir las pastillas de freno. Si el nivel del líquido de frenos es bajo, antes de nada comprueba el desgaste de las pastillas, ya que este es un claro indicador de un elevado desgaste.
No es mala idea tampoco la de renovar el líquido refrigerante si la moto lleva radiador. De esta manera nos evitaremos posibles inconvenientes por sobrecalentamiento y además, de esta manera beneficiaremos la “salud” de nuestra moto y nos aseguraremos que lleva anticongelante.
Siguiendo estos pasos, nos aseguraremos que nuestra moto está en buenas condiciones para circular sin tener que preocuparnos por mantenimientos previos. Como consejo, nunca está de más dar un vistazo a los neumáticos, al kit de arrastre y a la batería para detectar posibles deterioros. Y como siempre, si observamos que los neumáticos están muy desgastados, cuarteados o no están en buenas condiciones, nuestro consejo es el de cambiarlos inmediatamente.