Alguna vez hemos oído aquello de, _si se puede construir, alguien conseguirá hacerlo ir rápido”_El hecho de no poderlo atribuir a una persona en concreto nos quita la posibilidad de darle un buen golpe de realidad con esta Yamaha 700, dos tiempos y tres cilindros artesanal.
El caso es que estamos ante una de esas máquinas que por un lado infunden un deseo irrefrenable de pensar que uno puede subirse en ellas y por el otro lado lo que infunden es el respeto a una mecánica impresionante que hace sentirte pequeño.
En este vídeo, que es el único medio de obtener información de este prototipo que hay, se puede apreciar el gran trabajo artesanal que se ha llevado a cabo para construir un modelo muy peculiar. Partiendo de la base de optar por un motor de dos tiempos, algo que ya solamente se hace por amor al arte, continuando por un bastidor tubular que recuerda a tiempos pasados y terminando por unos escapes que salen por arriba y un depósito de gasolina en la parte trasera de la moto, se percibe un amor a lo clásico que contrasta con las fibras de corte moderno y hasta futurista.
En cuanto a los componentes, las suspensiones Öhlins y los frenos Brembo le dan un toque de calidad, que junto con los diseños y el radiador de una pieza le da un claro toque “racing”. No sabemos qué tal irá la moto en el circuito, lo que está claro es que esta máquina, que toma vida con un arrancador al estilo de una motosierra o también moto de nieve de las antiguas, es una creación espectacular y, como dicen sus creadores “con unas vibraciones infernales”. ¿Un “juguete” más para pedir a los Reyes Magos?