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Norvin 1000: el mejor homenaje a un padre

Millet Racing está detrás de este proyecto
Fotos: lsportphoto
A día de hoy estamos acostumbrados a ver motos de carreras con chasis fabricados por un constructor y motores por otros. Básicamente esa es la filosofía de Moto2. Pero hace 60 ya se hacía, y Millet Racing ha vuelto a hacerlo con piezas originales.

Muchas veces oímos esa frase de “ya está todo inventado” y, bueno, afortunadamente no es así como podemos ver con los avances, tanto a nivel prestaciones como a nivel seguridad que van llegando a los nuevos modelos que están en el mercado. Pero lo que sí es cierto es que hay muchas fórmulas que se han probado a lo largo de los años, y el caso que tenemos aquí es uno de ellos.

En los años ’50, en pleno desarrollo de la moto, los productos no tenían los niveles que encontramos hoy en día donde las marcas ofrecen productos muy redondos en todos los sentidos. En aquél entonces había marcas que tenían un chasis sobresaliente con respecto al resto, o un motor mucho más potente. Por eso, quien podía cogía lo mejor de cada uno de los modelos que le interesaban y los juntaba. Así nacieron creaciones míticas como las Triton (Triumph y Norton), Norbsa (Norton y BSA) o Tribsa (Triumph y BSA), y también así llegaron las Norvin con motor Vincent y chasis Norton.

Este es el caso de la Norvin 1000 que podemos ver en las fotos, aunque en este caso se trata de un proyecto muy peculiar porque detrás está Millet Racing, y es una preparación-modificación actual. Antes de avanzar un poco más en la historia hay que decir que la primera Norvin construída tuvo como valedor ni más ni menos que al hombre-leyenda: John Surtees.

Detalle del carburador del motor Vincent

La preparación arrancó con Jean-Louis Millet, un expiloto de sidecar vencedor de 3 campeonatos de Francia y uno de Europa y que ,tras dirigir un equipo de carreras ,creó Millet Racing. Fue él quien comenzó todo pero desafortunadamente falleció sin ver el proyecto llevado a cabo. Después Silvain y Frank cogieron el relevo de su padre para continuar con el proyecto con el único objetivo de rendirle homenaje.

Tras tres años, y con la ayuda de hasta 15 personas que han estado involucradas en el proyecto, hicieron las modificaciones necesarias empleando tecnología actual pero guardando la esencia original. Así fue como consiguieron dar cabida al gran motor Vincent dentro del bastidor que, lógicamente, fue modificado.

Sorprende la ligereza del modelo, 150 kg, lo que supone 50-60 kg menos que lo habitual para motos de ese tiempo y esa potencia, y también que la Vincent Black Shadow. En cualquier caso lo que sí podemos afirmar es que estamos ante una preparación única y es que como ellos mismos afirman, se trata de “The One and Only”. Eso sí, no está en venta que nosotros sepamos, ni tampoco es una moto preparada para su uso en carretera. Aunque dicen que funciona muy bien, de momento está siendo expuesta en diferentes espacios como la obra de arte que es. No cabe duda de que Jean-Luis estaría muy orgulloso del trabajo de sus hijos.

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