Comparten un pasado italiano y ahora unas líneas muy similares, pero lo cierto es que aquí acaba el parentesco entre la Ducati Panigale 899 que luce en el exterior y la Benelli TNT 300 que se esconde en su interior. Aunque en ningún caso hay que desmerecer el trabajo, pues da el pego perfectamente.
Puede que incluso con el escape SC con el que cuenta, su motor bicilíndrico en paralelo con 38 cv ruja con la suficiente fuerza como para que los neófitos caigan en el engaño. Se ha cuidado incluso que el basculante, que en la moto de origen está fabricado con dos tubos paralelos, cuente con una cubierta para darle una apariencia similar a la de la deportiva italiana.
Lógicamente la horquilla, los frenos o el amortiguador trasero situado en el lado contrario dan pista de qué es lo que la verdad esconde, tal y como se titulaba la película de Robert Zemeckis con Harrison Ford como protagonista.
Pero al menos, el resultado es agradable a la vista, no como algunas preparaciones de dudoso gusto tan de moda últimamente.