En Iconic Motorbikes se caracterizan por sacar al mercado auténticas piezas de coleccionismo del mundo de las dos ruedas. Ahora, ofertan una super exclusiva moto del año 1989 de estricta edición limitada. Nada menos que una BMW K1 Martin Brune con colores BMW Motorsport.
Todavía estás a tiempo de hacerte con una auténtica pieza de colección, la última puja es de 11.200 dólares, unos 10.100 euros. Un precio nada excesivo para una auténtico y escasísimo unicornio alemán de dos ruedas.

Este icono del motociclismo básicamente está formada por un bastidor artesanal galo (Martin), sobre el que se ha montado y potenciado una BMW K1 de 1989. La parte ciclo de la BMW fue completamente rediseñada, con elementos de competición de la época tanto en el apartado de suspensiones como frenos. De esta forma, todas las unidades que se ensamblaron de la K1 Martin Brune, cuenta con las mismas horquillas y frenos que se usaban en el Campeonato del Mundo de 500cc.
El bloque motor fue potenciado instalando unas culatas mejoradas Krauser de 4 válvulas y, para culminar la preparación, se completó el conjunto con multitud de elementos de competición. Tales como la centralita, el filtro de aire, el asiento rediseñado, las estriberas o la carrocería de fibra. Al estilo de las motos de carreras coetáneas de la BMW K1, las legendarias dos tiempos de carreras.

Para la BMW K1, Martin creó un total 50 chasis en la casa del fabricante galo. Pero, también vendieron tapas, fibras y algunos componentes más en Brune, los especialistas alemanes que la potenciaban.
Recordemos que la BMW K1 apareció en el mercado a finales de los años ochenta y llegó para sustituir a la laureada y legendaria BMW K100. Nació para hacer frente a las legendarias deportivas japonesas de la época.
El bloque motor se basaba en el de su predecesora, un propulsor de cuatro cilindros en línea, acostado sobre uno de sus planos de manera longitudinal y casi 1 litro de cilindrada, 987cc.

Como novedad, la BMW K1 fue mejorada con culatas de 16 válvulas, inyección electrónica, refrigeración líquida y pistones reforzados para aguantar mayor compresión, llegando a una potencia final de 100 CV a 8.000 vueltas y un par de 100 Nm. La báscula la paraba en unos nada despreciables 234 kilos.
Georges Martin construyó motos y bastidores de motos de manera totalmente artesanal, durante las décadas de 1970, 1980 y principios de 1990. Brune por su parte, era una empresa alemana de potenciación de rendimiento para motocicletas. Entre ambos llevaron a cabo la puesta de largo de esta leyenda de las dos ruedas en 1989.
Según el propio ingeniero, responsable del ensamblaje de esta Martin Brune, el señor Manfred Brown, cree que solo quedan 10 unidades de los 50 bastidores que se construyeron.
