Carlo Guzzi, uno de los tres cofundadores de Moto Guzzi tuvo la genial idea tras la victoria de los aliados en la Segunda Guerra Mundial, de diseñar y fabricar un scooter. Bueno, técnicamente no era un scooter al uso sino más bien un scooter de rueda alta con un frontal carenado.
Durante los 15 años que estuvo aproximadamente a la venta la Moto Guzzi Galletto (desde su presentación en 1950 y hasta 1965), se produjeron algo más de 75.000 unidades, lo que dice mucho del éxito que cosecho ya que bastantes de ellas se vendieron también al otro lado del charco, en Estados Unidos.
Bajo su carrocería envolvente nos encontrábamos con un chasis tubular en el que se alojaba un pequeño motor de 160 cc, 4 tiempos y una caja de cambios de 3 velocidades accionada con el pie. A medida que pasaron los años, el modelo evolucionó y en 1954 montó un motor más potente, de 175 cc con caja de cambios de 4 velocidades. Dos años después el motor ya creció hasta los 192 cc y por último, entrando ya en los años 60, hacía aparición el arranque eléctrico para un manejo mucho más sencillo.
Para los que no sepan italiano, Galletto es la manera en la que allí se denominan a los gallos jóvenes, a los Gallitos, así que esta podría ser más o menos la traducción de su nombre, con una propuesta atrevida y que quería destacar en los primeros años en una Europa desolada. Además contaba con el plus de una rueda de repuesto grande, acoplado de forma inteligente tras el escudo.
Es un modelo que se encuentra con relativa frecuencia a la venta en sus diferentes versiones y con precios que oscilan entre los 800 euros y los 1.500, dependiendo de su estado de conservación. Esta se puso a subasta hace unos días en California en un estado general muy bueno, aunque como decíamos se trata de un modelo que aunque aquí nos parezca raro, es fácil de encontrar.
