Con un palmarés más que envidiable, Iván Cervantes afronta su segundo Dakar después de una primera experiencia como novato. Un novato de lujo, con cuatro títulos mundiales de Enduro (2005, 2006, 2007 y 2009) y otro en Enduro Indoor (2009) que sigue aprendiendo en una especialidad donde ser el más rápido no siempre significa llegar el primero. El de Cambrils está haciendo un master acelerado en navegación, su punto débil. El 2 de enero veremos si aprueba la asignatura en un Dakar que no va a perdonar a quien no lleve los deberes hechos. Hablamos con Iván el mismo día de la presentación de su equipo, el Himoinsa Racing Team.
– ¿Cómo afrontas tu segundo Dakar? «Este año llego con más ganas. No es que no tuviera ganas antes, pero como ya lo he vivido, ya sé qué me voy a encontrar, dónde puedo fallar y dónde no, pues lo afronto con más fuerzas y más ganas. Hemos entrenado algo más y aunque vamos un poco justos de tiempo, queremos estar delante».
– Ya no eres el novato de 2016, ¿te van a exigir más que el año pasado? «Evidentemente que hay más responsabilidad. El pasado Dakar era mi primera participación, íbamos a ver qué pasaba, cómo repondía a este nuevo reto y el resultado era algo secundario. Este año, ya vas con una meta, por lo menos superar el 16º de 2016. Veremos si se puede subir algún peldaño, aunque sigue siendo una carrera en la que no te puedes obsesionar con un objetivo. Al final se junta todo, las ganas y la responsabilidad de hacerlo bien».
– Los objetivos en una carrera como el Dakar a veces cambian de un día para otro. «En cinco minutos te puede cambiar todo y la puedes liar de una manera bestial. Te pierdes en un punto y te cae una hora sin casi darte cuenta. Y una hora en un Dakar es muy difícil de recuperar, sobre todo si te obsesionas».
“Me gustaría llegar a correr con el equipo de fábrica, pero en Himoinsa no nos falta de nada”
– Ha sido el año de tu despedida del Enduro, ¿qué planes tienes a partir de ahora? «Este año el objetivo son los raids, eso lo tengo muy claro. Haremos alguna carrera de enduro a nivel nacional para mantener la forma y como parte de la preparación, con la 450. Algo hay que hacer, no podemos estar parados. Iremos a un par de carreras del Mundial, no a todas. Es algo que nos habíamos planteado, intentar afrontar un Mundial, pero este año no. Veremos cómo va el calendario y estaremos en las pruebas que más nos interese».
– Hablemos de navegación, ¿cómo llevas este tema? «Tengo que reconocer que todavía voy un poco pez. No tengo nada que ver con Gerard Farrés, por ejemplo. Él es un verdadero monstruo de la navegación, me está enseñando muchas cosas, pero todavía me queda por aprender. La diferencia a veces está en los pequeños detalles, cuando es algo evidente y no lo terminas de asimilar. Es como cuando crees que has perdido las llaves de casa y no para de buscarlar por todos los sitios y al final están donde habías mirado primero. A veces el Dakar es así. Tienes que parar, pensar en frío sin ponerte nervioso, algo que hacen ellos casi de manera natural».
– ¿Se puede ganar un Dakar corriendo en un equipo privado? «Yo creo que sí. Gerard es un ejemplo de que se puede estar delante, tiene una experiencia increíble, ya lleva nueve participaciones. Nos espera una carrera con mucha navegación y él es un crack en este aspecto. Yo creo que tiene muchas opciones de finalizar en el top 5 y hasta de ganar, ¡por qué no!».
– ¿Después de tantos años como piloto oficial tu meta es llegar a uno de los equipos de fábrica también en Raids? «Me gustaría llegar al equipo de fábrica, no te voy a decir que no. Han sido muchos años como piloto oficial de enduro en KTM y me siguen echando un mano directamente. Pero también te digo que por lo que estoy viendo con Himoinsa no nos falta de nada, las motos son muy buenas y muy fiables, y el equipo humano es una pasada».
