Crossero, endurero, dakariano y lo que le echen. Para Iván Cervantes la moto lo es todo y se ha convertido en el mejor piloto español del Campeonato del Mundo. En 2005 se estrenó con el título en E1, que repitió en 2006. Su cambio a la categoría E3 no le fue mal, ya que se ha llevado otros dos mundiales, en 2007 y 2009. Las lesiones le han perseguido los dos últimos años y no ha podido aumentar su cuenta. Esta temporada vuelve a E1 con hambre de llevarse el quinto. Su última oportunidad, según nos ha confesado en el desayuno dakariano que KTM España nos ofreció con todos los pilotos de la marca en el Dakar.
-¿Por qué cambias de categoría y te pasas a Enduro-1? «KTM me planteó esta posibillidad al subir Cris Nambotin a E2. Estuve probando varias motos y la que más me gustó fue la EXC-F 250. Es manejable, es divertida y para mí volver a E1 me trae buenos recuerdos, es como sentir una segunda juventud. Es mi último año en Enduro y quiero disfrutarlo y en esta categoría sé que puedo hacerlo bien».
-Eso quiere decir que vas en serio con los raids. «Bueno, nunca voy a dejar del todo el enduro, ha sido una especialidad que me lo ha dado todo. Haré alguna carrera, pero me voy a centrar en los raids. Este año haré un par de raids y algunos entrenamientos en Marruecos, sobre todo por el tema de la navegación que falta me hace. Sigo con Himoinsa para los raids y con el equipo de fábrica KTM para el Mundial de Enduro».
-Este año varios campeones del Mundo de Enduro habéis probado en el Dakar «Sí, a cada uno nos ha ido de diferente manera pero ha sido toda una experiencia. Antoine Meo se ha salido a pesar de que en la penúltima etapa se rompió el escafoides. Pero ha demostrado muchas cosas, ha ganado etapas y ha estado entre los mejores. Ese es mi objetivo para el próximo año».
-También ha sido un buen año para los debutantes, con cinco novatos entre los diez primeros «Yo creo que la clave ha sido Perú. Retirarse del recorrido con tan poco tiempo para reaccionar dejó a la organización sin opciones y han tenido que improvisar. No ha habido tanta navegación y ha habido más tramos endureros. Con todo lo que ha pasado con las lluvias, el calor y las etapas que se han recortado ha sido todo un poco raro».
-¿Cómo se te ha dado la navegación? «Yo tenía las ideas claras, o al menos eso era lo que pensaba. En la primera etapa con navegación salí bien y encontrando fácil todos los waypoints pero de repente se cruzaron David Casteau y Olivier Pain y se fueron por otra dirección. Entonces pensé “seguro que soy yo el que va mal, no puede ser que estos tíos, con su experiencia, se hayan equivocado”. Me fui tras ellos y al cabo de unos kilómetros se pararon y me miraron como diciendo ¿tú que haces aquí? Creo que me faltó algo de confianza en mí mismo. Aún tenemos que aprender mucho en este aspecto».
-Desde fuera nos ha dado la impresión de que no ha sido una carrera tan dura como otros años «Para mí ha sido más duro de lo que pensaba. Han sido muchas cosas que controlar a la vez y al final se te va acumulando el cansancio. La alimentación no es la habitual durante tantos días y también pasa factura, los enlaces son interminables, yo no estoy acostumbrado a hacer 500 kilómetros para empezar una especial. Hay que controlar mucho el coco durante tantos días. Para mí el Dakar ha sido una superación día a día. En una carrera del Mundial de Enduro estás un fin de semana y te vuelves a casa, pero dos semanas sin parar es otra cosa».
-¿Tus objetivos para 2016? «Ganar el Campeonato del Mundo de Enduro y estar entre los cinco primeros en los raids… también en el Dakar».
