Muchos recordamos 1989 como el año en que cayó el muro de Berlín, arrastrando con él medio mundo comunista y buena parte de los conflictos ideológicos del siglo XX. Pero ese año también hubo otro acontecimiento al otro lado del mundo: en abril, la compañía japonesa Nintendo lanzó al mercado una consola de videojuegos que sería mundialmente conocida como Game Boy, y de la que se vendieron hasta 2003 más de 100 millones de unidades.
Su sucesora fue Game Boy Advanced, abreviada como GBA, lanzada al mercado en 2001, que continuó produciéndose hasta 2008 y de la que se han vendido más de 80 millones de unidades.
Con todo, este no fue el fin de esta legendaria consola de videojuego, que comenzó una nueva vida en un lugar completamente inesperado. Empezó a ser parte de los equipos de diagnóstico de los mecánicos que trabajan en talleres oficiales con motocicletas de marcas como Peugeot, Suzuki y Aprilia.
De consola de videojuegos a detector de fallos en motos reales
Durante la década de los 90 y la primera década del siglo XXI, los Game Boy se podían encontrar casi en cualquier parte del mundo, y tenían precios bastante accesibles. Por ello no es del todo sorprendente que algún mecánico ingenioso que trabajaba en los talleres de Peugeot descubriera que con este dispositivo se podía hacer algo más que divertirse con las aventuras de Pokémon, entre otros juegos.
Llegaron a la conclusión de que con el programa adecuado podía servir para detectar problemas y errores en la centralita de las motos de Peugeot y de otras marcas que producían scooters de 50 cc, tal y como podemos leer en hibridosyelectricos.com.
En la práctica, todavía es posible encontrar maletines de diagnosis de Peugeot y otras marcas, que incluyen entre sus instrumentos una consola de Game Boy Advanced. Lo bueno es que se pueden hacer lecturas de la temperatura y de las revoluciones del motor, e incluso corregir errores de programación.
Con este equipo también se puede ajustar la unidad de control del motor, mejor conocida como ECU, que controla varios aspectos del desempeño del motor, y lograr de este modo una respuesta más eficiente o una mayor potencia. Algo que explica por qué estos equipos de diagnosis siguen siendo tan demandados más de 20 años después.
El secreto está en los cartuchos
La empresa que diseñó estos kits de diagnosis con el GBA como parte del instrumental fue Orbital, que también desarrolló un software, que al ser introducido en el Game Boy servía para realizar las labores de detección de anomalías, evaluación de los sistema y ejecución de cambios y ajustes en la ECU o en el sistema de frenos, si hacía falta. El software se hizo pensando en scooters de Peugeot, Aprilia y Suzuki, pero también sirve para motos de otras marcas que utilicen el mismo sistema.
Con la Game Boy venía un juego de cables que se conectaban al equipo japonés y en dos puntos de la moto: en la unidad de control (la ECU), y en el sistema de frenos. Es un sistema que no sirve para las nuevas generaciones de motocicletas, pero si todavía tenemos un scooter de principios de siglo, podría ser una buena idea desempolvar la Game Boy.