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¿Cómo evitar un obstáculo en moto? Así no…

Exceso de velocidad y conductores poco capacitados, accidente seguro
Fotos: SMN
No es la primera vez que vemos las consecuencias de no hacer las cosas como es debido. En este caso todo se saldó con un susto y algunas quemaduras, pero fue sólo por pura suerte...

Estamos muy acostumbrados a buscar siempre los culpables fuera de casa cada vez que nos pasa algo malo, y lo cierto es que a veces las culpas están de puertas para adentro aunque no queramos verlo. Otras ocasiones la culpa es compartida, una serie de malas decisiones tomadas por nosotros mismos acompañadas de las malas decisiones de un tercero y las consecuencias de ambas confluyen a la vez digamos que, por ejemplo, en un cruce de Estados Unidos.

Y sí, hasta el país de las barras y las estrellas nos vamos en busca de uno de esos accidentes que podrían haber sido evitados fácilmente si todos los implicados hubieran obrado correctamente pero, especialmente, si el protagonista hubiera hecho las cosas bien. Nos subimos a una deportiva, que nos recuerda a una CBR600RR (el sonido es de Supersport) pero la toma no da para mucho más. Una avenida con cruces (lo típico allí) y una velocidad altamente inapropiada pero indeterminada ya que no podemos verla en el marcador.

De repente, a lo lejos, en un stop una camioneta empieza a cruzar. La velocidad de la moto es elevada, la camioneta ocupa gran parte de los carriles y el accidente sucede ¿inevitablemente? Pues ahí es donde tenemos que aprender la lección de lo sucedido y es que muchos accidentes se pueden evitar si obramos bien. Está claro que a la vista de lo sucedido la única manera para que no hubiera habido impacto hubiera sido ir a la velocidad adecuada.

Tras la caída y viendo decenas de trozos de moto esparcidos por el suelo, el protagonista sin ropa de moto, una buena quemadura en brazos y cadera, la zapatilla en el asfalto y la propia moto debajo de la camioneta, lo cierto es que podemos darnos con un canto en los dientes. Pero realmente hay que entender si queremos evitar situaciones así que, primero, la vía no es la adecuada para ir a esa velocidad ni legalmente ni por el estado del suelo. Segundo, que en caso de encontrarnos con un obstáculo en el camino la capacidad de maniobra se verá determinada, precisamente, por la velocidad. Tercero, que no podemos dar por hecho que la gente nos ha visto o nos va a ver y que cuanto más rápido vayamos menos tiempo tendrán para hacerlo.

En resumen, hay que usar la cabeza para mucho más que llevar el casco o la gorra y es que la sensación de tener bajo control todo es eso, una sensación y más aun cuando estás en tráfico abierto, donde muy poco del entorno es predecible. Por sacar un lado positivo a la situación, además de la suerte de que todo acabase en un susto, está la reacción del protagonista que a pesar del susto y del dolor se muestra calmado a la hora de pedir explicaciones. Al menos en ese sentido, así sí hay que hacer las cosas.

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