Como pasa con cualquier seguro, lo mejor de una garantía es no tener que usarla. De hecho, en muchos casos es así. No surgen problemas y todo va sobre ruedas, nunca mejor dicho. Pero lo importante es que si hace falta, la garantía nos solvente los imprevistos surgidos y, para eso, hay que cumplir unos procedimientos.
Precisamente por ello nos consulta nuestro amigo Alberto desde Mallorca. Resulta que tiene una moto que está en garantía actualmente y aunque todo le ha ido bien en lo que a mecánica se refiere, no está contento con el servicio de postventa que le ofrece el único concesionario de la marca que existe en la isla. La cuestión que nos hace llegar es ¿qué pasa si llevo la moto a un taller multimarca? ¿Pierdo la garantía si no lo paso en un taller oficial?
Bueno, pues vamos por partes para intentar dejarlo lo más claro posible. Lo primero que hay que saber es que en 2022 entró en vigor una normativa por el cual las garantías legales pasan de dos a tres años en las motos nuevas (y en todo tipo de producto nuevo). Esta garantía nos cubre los defectos de fabricación, pero no los elementos de desgaste (aceites, neumáticos, frenos…).
Lo segundo es que la ley que viene desde 2010, concretamente el Reglamento Europeo 461/2010 permite que, siempre que pasemos las revisiones en un centro de mecánica homologado, se cumplan los plazos y se sellen las revisiones que marca el libro, no deberíamos tener problema y estaríamos amparados por la garantía. Ahora bien, esto no se aplica para las garantías comerciales, es decir, aquellas que se “compran” y que la amplían a 4, 5, 6 años o los que sean. En este caso, no pasar las revisiones en los servicios oficiales supondría no cumplir con el contrato y se perderían.
Dicho esto, la verdad es que el mundo de las garantías es realmente complejo y cada cliente puede tener una situación diferente. Sobre el papel, como decíamos, no deberíamos tener problemas con la garantía legal, pero también es cierto que en algunos casos hay quien se agarra a un clavo ardiendo para justificar el no hacerse cargo de la garantía. En ese caso la ley está de nuestro lado, pero nos tocará batallar.