El piloto valenciano de 40 años Sergio Fuertes es historia viva del motociclismo de competición español en general y una leyenda activa del GP urbano de La Bañeza en particular. Tiene al alcance de la mano conseguir más victorias que nadie, y todo desde la humildad, sosiego y naturalidad que le caracterizan… hasta que se pone al manillar de una moto, claro: «El secreto para ganar en La Bañeza es que ¡los demás no me aprietan! (risas)… La moto me funciona muy bien allí: nadie dijo que esto fuera fácil, pero voy cómodo». En el 60 aniversario de la carrera ha escrito su nombre con letras de oro por octava vez (sexta consecutiva) y, conociéndole, todavía tiene gas para rato.
Su idilio con el trazado leonés de 1,75 km comenzó en 1997, compitiendo en la popular categoría Criterium 125 con una maltrecha NSR naked sacada de un corral: «El asiento era una piedra y cayó un granizo que me lo reventó todo porque no teníamos carpa ni nada: parecía la moto de un yonqui (risas)». En 1998 volvió con una Aprilia para repetir en 2001, esta vez con una Aprilia Bancaja cedida por Manu Vidal una semana antes de la carrera, una moto con la que entraría por la puerta grande de la categoría, algo que no volvería a repetirse hasta 2012 (esta vez en Clásicas 2T y ¡a la primera!). 2013 se le escapó por rotura y, desde 2014 hasta hoy, ha sido dueño y señor de la pista ante el resto de monturas veteranas con agujeros (la categoría se instauró en 1994, dos años antes que la de 4T). Juan Francisco Risueño (Bultaco) y Juan Miguel Salazar (Montesa) intentaron darle caza desde el principio, pero el esfuerzo fue en vano.
Una Montesa Impala de 1963 (aderezada con motor de Enduro -cilindro de 3 transfers-, cambio de Cappra, horquilla de RD350, freno de Ducati Road…) andaba por el taller desde hacía muchos años, cuando su padre se hizo con ella, y una cosa llevó a la otra. Bien hecha y mejorada año tras año con el foco puesto en La Bañeza, en 2018 recibió una evolución importante para ganar fiabilidad. Es un buen pepino aunque no es la más rápida de la parrilla, pero acelera, es fiable y él mismo la ha puesto a punto con mimo y esmero en su taller Fast MotoService Tres Cruces para que rinda al máximo de sus posibilidades. En su evolución también ha pesado la inestimable ayuda de Piula, amigo de Sergio y técnico del Team Aspar, que le ha acompañado desde sus inicios en competición.
Esto no quita que, de vez en cuando, como en los entrenamientos del sábado de este año, surja algún imprevisto en forma de rotura de embrague en los libres de este año, montando uno viejo a contrarreloj: “Cambié el embrague y cuando iba a salir se había acabado la tanda. La sesión cronometrada la afronté entre cabreado y preocupado, mirando que funcionara y no patinara, porque si no, no me hubiera clasificado. Nos clasificamos 31 de 78 inscritos: más de la mitad se quedó fuera. Tras cuatro vueltas marqué mi récord absoluto en 1’17.5, y eso que el sábado la pista está más sucia que el domingo. El domingo en el warm-up volvió a patinar el embrague y otra vez me chiné. Antes de la carrera desmontamos y repasamos todo de nuevo porque es un embrague muy viejo y hay que mimarlo mucho: cuando vas a fondo no mimas nada, vas a fuego. En carrera sabía que me iban a apretar para que no me escapara pronto. Risueño me entró dos veces para frenarme un poco con Salazar al acecho, pero cuando pude deshacerme de Risueño marqué un ritmo bueno y metí metros. Que haya lucha en las carreras siempre mola, pero en un pueblo es complicado porque es peligroso y no me gusta jugármela demasiado. Con mi moto tampoco puedo disputar una frenada como en una moderna porque no monto un tambor de 1.500 €: el mío reduce velocidad pero no para. Cuando voy hilando fino y suave la moto va muy bien, pero si hay lucha la pierdo de delante y voy más puteado. Una vez conseguí separarme 5 segundos, me dediqué a gestionar la diferencia y a controlar los doblados. Finalmente gané con récord de vuelta incluido: 1’17.1: por más que busco el 16, no hay manera”.
Aunque el GP Ciudad de La Bañeza es el de más renombre, en tierras valencianas hay verdadera devoción por los circuitos urbanos hasta el punto de disputar un campeonato regional donde el Trofeo de Velocidad Feria de Agosto de Xàtiva es la cita estrella para los habituales del Campeonato de Velocidad Tradicional valenciano. Curiosamente, la carrera urbana más antigua de España (68 ediciones la contemplan) no está entre sus favoritas: “75 euros de inscripción, calor que te mueres, un circuito que no se arregla y que siempre está super jabonoso… pagas para ir y no disfrutar, y eso que me pilla a media hora, pero no disfruto. Me da igual lo que piense la gente pero si voy es para disfrutar y pasármelo bien, por eso en La Bañeza me lo paso genial”.
Si echamos la vista atrás vemos que “los galones” de Sergio nutren un extenso palmarés con experiencia y saber hacer en pista, todo un especialista curtido en mil batallas: Minimotos, scooters y Copa Aprilia 125 en los noventa, Challenge Yamaha R6 (2001), Mundial SBK (2003-04, Suzuki) y CEV Extreme (2002-05-08, Ducati y Suzuki). La RFME Copa de España de Velocidad Clásicas del año pasado (subcampeón por no puntuar en Albacete) fue un añadido para no aburrirse y matar el gusanillo racing: “El Nacional de Clásicas fue una lucha entre David y Goliat, con equipos oficiales y yo a mi rollo con mis colegas”. Tras colgar el mono, participó en el desarrollo de las Moto2 nacionales AJR y Ariane, haciendo valer su experiencia como Director Deportivo de Motorrad (actual Team Stratos) con dos campeonatos de España en el bolsillo (2010 Fórmula Extreme con Xavi Forés y 2013 M2 con Román Ramos).
El año que viene quizá veamos a Sergio haciendo doblete: Clásicas 2T y Clásicas SuperSeries (bicilíndricas) con su Montesa y una de las Cagiva Alazzurra 650 del Team ClassicGP de Bruno Eres: “Estuve hablando con ellos este año, estaban muy animados y me han propuesto que corra con ellos en 2020. Estoy centrado en C2T pero también estaría bien. Yo soy de 2 tiempos total, los veo unos muertos pero son los muertos que hay. Adrián Hermida, ganador de SS, me dijo que se va mucho más cómodo que con una 2T porque frena motor y tiene más par: ¡Bah, no valéis pa ná! ¡Como coja una 4 tiempos de esas os saco la vida! (risas). Hasta que no la pruebe no lo sabré. Doblete molaría… cuando corría en 125 y C2T nunca pude hacerlo porque la 125 es muy exigente y más con la Aprilia que llevaba, peor que una Honda: es muy estresante y la vendí porque ya no me apetecía. Con la Montesa voy mucho más tranquilo”.
Actualmente también ejerce de mánager de su hijo Álvaro en el Campeonato de España de 85 cc y apenas tiene tiempo para rodar en moto ya que “todo va para él, ahora es lo más importante para mí… La Bañeza si sale bien genial, si no, no pasa nada. Este años sólo he rodado con algunas motos de calle y poco más, en circuito nada: 10 vueltas en un karting ha sido la pretemporada que he hecho a la Montesa antes de ir a La Bañeza este año. Realmente, la moto la tengo por la mano, es como el binomio Ducati-Bautista de la primera mitad de temporada. ¿Cómo lo hago? Pues yo voy a mi marcha… pero mi marcha es rápida. No hago nada del otro mundo”.
