No asistía al GP de La Bañeza desde 2009, una cita especial donde se celebró el 50 aniversario de la primera edición de la carrera pero, como no hay cinco sin seis, repetí. Como novedad, este año también había cabida para las monturas de 80 cc, una categoría habitual en las citas urbanas por tierras levantinas. Ver en acción algunas Derbi GPR y modelos de calle de principios de los ’90 convenientemente mejorados se debe a la empresa del valenciano Miguel Ángel Trenzano que, por primera vez en 57 años de carreras en La Bañeza, ha organizado la prueba tras la negativa del Moto Club Bañezano, responsable de toda la vida. Las fechas del 20-21 de agosto fueron impuestas por el Ayuntamiento y el MCB no las aceptó.
Problemas entre el consistorio y la directiva del Moto Club Bañezano aparte, La Bañeza es una explosión de magia, tradición, fiesta y belleza plástica castellanoleonesa difícil de describir si no lo has vivido en primera persona. El respetable siempre aplaude a los más de 160 participantes independientemente del puesto logrado, las carpas de la calle de boxes ejemplifican la autenticidad y pasión por el motociclismo sin aditivos circenses ni colorantes, el humo azul y el olor a Motul invaden el ambiente con las 2 tiempos y sólo aquí puede contemplarse un “pique” entre una 125 GP y una Moto3 con claro dominio de estas últimas para pesar de muchos entusiastas de los motores con agujeros. Las Ducati monocilíndricas de 350 cc y las Ossa son legión, las barras de bebidas y bocatas alimentan, los conciertos nocturnos animan y los vecinos respetan. Algunos modelos especiales o carismáticos se dejan ver por los aparcamientos (unas Guzzi Daytona y 1100 Sport, BMW R90S, V-Max y XJ llamaron mi atención este año) y el mítico casco amarillo de Joey Dunlop nunca falta en la cabeza de algún aficionado.
El Tourist Trophy español ha reunido este año a más de 60.000 aficionados y medio centenar de pilotos durante todo el fin de semana, unas cifras muy serias para tratarse de una carrera no puntuable. El murciano Antonio Jesús Castillejo logró el doblete (80 cc y 125/Moto3), Sergio Fuertes triunfó en Clásicas 2T (la categoría más numerosa, con doble tanda clasificatoria y 53 participantes) mientras que José Bruno Heres hizo lo propio en Clásicas 4T.
Bien es cierto que el GP de La Bañeza es muy representativo pero, ni de lejos, es la única carrera urbana de motos en España ni en Europa, como bien aseguran muchos medios de comunicación. En muchas ocasiones, siempre que se aborda el tema de los circuitos urbanos actuales surge la palabra extinción o residual cuando, a poco que buscas, afloran más de 60 carreras de motos por la calle en más de una decena de países. Parece que el Reino Unido es el único que las defiende y, si bien, es dónde más carreras se disputan, no está solo en esto de las Road Races. La Isla de Man (Southern 100, TT, Classic TT, Manx GP…) e Irlanda del Norte (Ulster, NW200, Armoy, Tandagree, Cookstown, Walderstown… y así hasta 16, campeonato nacional ISBRR incluido) son los referentes, pero no debemos olvidar que otros países europeos como República Checa (Hengelo, Horice, Kiyov…), Eslovaquia (Kopcany), Bélgica (Chimay, Ostende…), Holanda (Hengelo, Oss…), Serbia (Kragujevac, Kragujevac…), Croacia (Bjelovar) o Alemania (Frohburg) mantienen importantes citas y hasta campeonatos Nacionales e incluso europeos (IRRC). El Campeonato Alemán IDM es el único entre los “modernos” que mantiene en su calendario la rápida pista semi-urbana de Schleizer Dreieck. La carrera de Kalevi Suursõit en el circuito de Pirita-Kose-Kloostrimetsa (Tallinn, Estonia), escenario donde falleció el gran Joey Dunlop en 2000, no se celebra desde 2006 debido al mal estado del asfalto. Nueva Zelanda (Wanganui, Greymouth, Paeroa…) o China (Macao) también se unen a la lista. ¿Y en Sudamérica? Allí nos encontramos el curioso caso de Colombia.
Por supuesto, en España La Bañeza no es única. El Campeonato Tradicional Valenciano de Velocidad se corona en agosto con el Trofeu de Velocitat Fira de Xàtiva (la carrera de motos más antigua de España pues en 2016 ha llegado a su 65ª edición) tras las citas de Benifaió (abril), Algemesi (junio) y L’Alguenya (julio): 80 Series, 80 GP, Clásicas y Supermotard son las categorías en liza. Almussafes también ha vivido carreras últimamente, igual que Cintruénigo (Navarra), todas ellas puro legado de las fiestas patronales en los principales pueblos de la España de los sesenta.
Atrás quedaron los polígonos industriales, los parques, las subidas en cuesta, el “motorismo” y también las competidas carreras de scooter de hace una década (con permiso del circuito urbano de Begíjar en Jaén). El Retiro, Jerez pre-1985 (Valdelagrana, Constancia, San Benito…), Cádiz, Vistahermosa, Cullera, las legendarias 24 Horas Motociclistas de Montjuïc y tantas otras permanecen en el recuerdo de muchos aficionados.
Aún así, las carreras urbanas todavía están vivas y, afortunadamente, el idílico paisaje de las aceras nutridas de alpacas de paja sigue siendo muy necesario. Como diría José Luis Torrente, ¿nos hacemos unas pajillas?
