Las últimas motos que quedaban por desvelar sus decoraciones en la parrilla de MotoGP eran las de LCR, con sus dos patrocinadores, Castrol e Idemitsu. Las Honda de Zarco y Chantra, como es habitual en el equipo de Cecchinello, no compartirán los colores ni los patrocinadores principales. Pero sí comparten los técnicos y los patrocinadores secundarios, aunque tampoco todos. Un peculiar cambalache que hemos podido conocer el mismo fin de semana que se ha presentado el Mundial de MotoGP 2025 en Tailandia.
Pero de las dos decoraciones, no cabe duda de que la más esperada es la de Castrol. El fabricante de lubricantes de origen británico tiene una vinculación, fuera de toda duda, con el mundo de la competición en general y de las motos en particular, que nos han brindado decoraciones míticas.

La decoración de Castrol, tal como la estamos viendo, no hubiera sido posible en otra época
No cabe duda que la Honda Castrol de Johann Zarco está directamente inspirada en aquellas motos de finales del siglo XX y principios del XXI que tanto recordamos. En realidad, es una moto estéticamente parecida a la de 2024, aunque en esta ocasión el verde y el rojo ganan protagonismo en una moto en la que, el año pasado, también veíamos zonas negras. Por lo demás, mantiene ese estilo tan representativo que, como curiosidad, en otra época no hubiera podido ser así.
Y es que la zona del número recuerda a los fondos que por reglamento tenían que llevar hace décadas las motos del Mundial, algo que todavía sucede en campeonatos como el JuniorGP o el ESBK, y es verde. En los tiempos en los que había que poner un fondo a los dorsales en el Campeonato del Mundo, el fondo verde estaba destinado en la última época de ese reglamento a las motos de 250 y las de 500, la categoría reina, eran amarillas en ese momento.

En cuanto al diseño de la Honda de Chantra, también cambia con respecto a la de Nakagami, perdiendo los degradados y el dorado casi por completo, minimizando los espacios negros y ganando espacio en blanco y en rojo. Un diseño mucho más sencillo que tendrá tanto sus detractores como sus partidarios.
Eso sí, gracias a esa elección de colores, la moto con la decoración de Idemitsu parece menos voluminosa que la de Castrol, aunque sea un simple efecto óptico.