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La futura reglamentación de Moto2, el nuevo reto de Dorna

Fotos: Motogp.com
Una vez asentada la nueva regulación de MotoGP y el sistema de financiación de los equipos privados, y con la categoría de Moto3 funcionando a la perfección, el nuevo reto de Dorna es definir una nueva reglamentación para Moto2, después de 2018.

El Mundial de MotoGP avanza poco a poco hacia una nueva definición de la competición. Los cambios introducidos en MotoGP esta misma temporada, con la llegada de la centralita electrónica única, y las medidas de apoyo económico acordadas por Dorna con el IRTA (Asociación de Equipos) permiten dar estabilidad técnica y económica a la máxima categoría del Campeonato del Mundo. Otro tanto sucede con Moto3, cuya reglamentación se ha revelado como un verdadero acierto. El próximo caballo de batalla ha de ser Moto2, que precisa de una nueva definición.

El contrato de suministro de material entre Dorna y Honda, por el cual el fabricante japonés suministra los motores CBR 600 RR que se emplean en las motos de Moto2, está en vigor hasta el final de 2018, al igual que el contrato con la empresa de mantenimiento de los motores, ExternPro, pero el promotor ya se ha mostrado abierto a recibir nuevas propuestas para la categoría, creada en 2010 para sustituir a la de 250. Inicialmente, la reglamentación adoptada fue un éxito, pero seis años después el modelo parece agotado, y desde un punto de vista técnico, aporta poco al campeonato.

Los pioneros de Moto2, allá por 2009 en el CEV.

Una posibilidad es la apertura a nuevos fabricantes, y que a parte del tetracilíndrico de Honda, los otros constructores que disponen de esta configuración, Yamaha, Kawasaki y Suzuki, también pudieran ofrecer sus motores. Pero, en esencia, no cambiaría nada: la categoría seguiría técnicamente limitada por el hecho de trabajar con un motor de producción.

La alternativa sería que algún fabricante fuera capaz de producir un motor específico para la categoría, dentro de unos costes contenidos, respetando la filosofía que actualmente rige en el campeonato. Actualmente la idea que se plantean tanto en Dorna como en el IRTA, es desarrollar un sistema parecido al que rige en Moto3, donde hay varios fabricantes en liza, con el compromiso de suministrar a un número mínimo de pilotos, ofreciendo el material de forma simultánea a todos por igual, y con un coste máximo establecido.

KTM ha mostrado un gran interés por la categoría de Moto2.

De momento no hay nada definido sobre la mesa, pero nadie pierde de vista el movimiento realizado por KTM, que en 2017 tendrá un equipo en Moto2 bajo la estructura del Team Ajo, con una moto desarrolla por WP. En el pasado, cuando el campeonato se planteaba diferentes alternativas para la categoría de 250, KTM presentó una propuesta, un motor bicilíndrico de 500 cc.

¿Este repentino interés de KTM por la categoría intermedia tiene algo que ver con aquella vieja idea? En cualquier caso, el despliegue de fuerza realizado por KTM, con presencia en las tres categorías en 2017, es una demostración de su capacidad. La Comisión de Gran Premio está abierta a cualquier propuesta que llegue para la renovación de la categoría, y una vez reciba y valore las diferentes ideas adoptará una determinación sobre el futuro de Moto2, pero esta decisión no llegará hasta final de año, quizás con la conclusión del presente campeonato.

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