A mediados de la temporada pasada pudimos saber que el VR46 y Fantic habían llegado a un acuerdo para que la firma italiana, nacida en 1968, pasase a ser la fábrica elegida por el equipo de Valentino Rossi para 2023. Hay que decir, antes de seguir avanzando, que en realidad Fantic va a seguir, al menos por ahora, el camino de KTM y es que en realidad el chasis va a ser Kalex y no uno desarrollado por ellos mismos.
Aun así, podremos ver como la marca está inscrita en el mundial de constructores de Moto2 y, por tanto, debutará para medirse con marcas ya consagradas como la propia KTM, pero también Kalex, MV Agusta o Boscoscuro, y lo hará con Borja Gómez y Celestino Vietti como pilotos. Mientras que para Fantic será su debut, Vietti es uno de los pilotos que deberían luchar por el título si vuelve a su mejor forma, mientras que Gómez afrontará su tercer GP después de debutar el pasado año en Malasia y conseguir la décima segunda posición en el GP de la Comunitat Valenciana que cerraba el año.
Hasta el momento hemos visto como Fantic ha ido ganando terreno en el mercado y en posicionamiento gracias a su incursión en el mundo de la competición, aunque arrancaron este enfoque en el off road. Ahora dan un paso más, y lo hacen de la mano de uno de los equipos más potentes del campeonato como es el de Valentino Rossi. Desde que debutaron como estructura han sido de los más competitivos, año tras año, luchando por el título de manera habitual y lográndolo con Pecco Bagnaia.
De todas maneras y a pesar de que Fantic no entra con sus propias motos como tal, la firma italiana no descarta hacerlo o implementar nuevas mejoras. En cuanto al funcionamiento del equipo en sí, hay que recordar que la unión es real y no solo un patrocinio, por lo que algunos miembros del equipo llegarán directamente desde Fantic.
Veremos hasta dónde puede llegar esta nueva asociación, lo que sí está claro es que a pesar de que entren de esta manera en el campeonato (con un chasis de Kalex), es una buena noticia ver cómo hay marcas que todavía se interesan por la categoría de Moto2. Quizás, todo sea dicho de paso, por los costes inasumibles de poder participar con una mínima competitividad en MotoGP.
