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Los Castillos de Alicante

Fotos: Esther Flex
Adolfo Gálvez
La provincia de Alicante, en la que muchos estáis ahora en verano en busca de playas, tiene en sus territorios de interior numerosos ejemplos de castillos y fortalezas erigidos para proteger sus fértiles y fructíferas tierras de los invasores hostiles.

General

Los castillos y las fortalezas medievales siempre me han causado un gran impacto, a menudo ha sido una impresión mayor que otras obras arquitectónicas mucho más elaboradas como catedrales y mezquitas. Han sido la religión y la guerra los que nos han llevado durante muchos siglos a erigir las más impresionantes obras arquitectónicas de la Península. Pero yo, que soy un pacifista de nacimiento, cuando me sitúo a los pies de una muralla, nunca acabo de entender la motivación o necesidad que llevan a un grupo de hombres a intentar el asalto de esas empalizadas absolutamente inexpugnables sin ayuda de un invento posterior llamado pólvora.

Alicante está plagada de castillos de tiempos diferentes.

Y ha sido enlazando tan magnas construcciones como hemos configurado la ruta de hoy. No os preocupéis si lo que os motiva a arrancar la moto en vuestros viajes son los tramos ricos en curvas. La de hoy tiene un extenso tramo bien asfaltado donde podéis “arrastrar el hierro” sin contemplaciones. Tampoco paséis pena los que solicitáis estar fuera del alcance de las poblaciones y el ruido urbano, los bosques de la Sierra de Mariola os darán cobijo. La rica historia de esta provincia se encargará de cubrir las obligadas necesidades culturales de toda ruta, donde siempre conviene volverte con algo aprendido a casa. Y para acabar, la visita a uno de los puertos deportivos más modernos del Mediterráneo será la guinda del pastel de la aventura de hoy.

Elche, entre palmeras y castillos.

Elegir un sitio para desayunar en Elche siempre es un buen punto de partida. Fundada en el siglo V a.C, ha sido codiciada por todos los pueblos que han pasado por la Península a través del tiempo. De esa fecha data su mayor estandarte, la Dama de Elche. Descubierta a golpe de azada por un agricultor a finales del siglo XIX es símbolo de la ciudad, de la provincia y de la comunidad autónoma. Entre palmeras, posee el mayor bosque de palmeras de Europa, nos aproximamos al Castillo de Altamira, para contemplar así el primero de los muchos que nos acompañaran a lo largo del día.

Calles estrechas de pueblos medievales.

La primera parte del recorrido discurre entre llanuras y mesetas, propicio para la agricultura y alejado de la zona más turística de la provincia. Aspe, Elda, Sax y Villena comparten esa geografía típica del interior de Levante. Visitamos las fortalezas en cada uno de ellos, desde el escarpado Castillo de Sax hasta la circular muralla de Elda. El de Villena en lo alto del monte de San Cristóbal sería el escenario perfecto de cualquier película épica, se puede visitar y se encuentra en un gran estado de conservación.

Elevado e inaccesible, no se me ocurre un punto más difícil de conquistar.

Después de comer nos dirigimos a la parte serrana de la ruta, lugar propicio para disfrutar de curvas y montes. La salida de Villena nos lleva tras una prolongada subida a Biar, cuyo castillo es posiblemente mi favorito entre los muchos que visitamos hoy. De relevancia en los tiempos de Jaime I domina desde la altura la comarca del Vinalopó.

No solo hay castillos en esta ruta.

Desde Castalla recorremos el Parque Natural Carrascal de la Font Roja de manera circular. Los moteros de la zona siempre recomiendan este tramo para salir los fines de semana y os aseguro que es una elección acertada. Hasta Banyeres de Mariola lo retorcido del trazado os hará disfrutar en un enclave natural poco conocido pero muy bello. De Bocairent hasta Alcoi sigue habiendo un buen montón de curvas para seguir sonriendo justo antes de abandonar el parque.

Soledad en la carretera bajando de Bocairent.

La salida de Alcoi es un poco caótica, demasiado trafico para tan magnífica ruta. Tomamos la salida de Xixona en un ascenso inicial con muy buen asfalto. Al llegar a la cumbre casi da pena tener que bajar a Alicante, no porque la capital de la provincia no merezca la pena sino porque la vista panorámica desde el alto hacia el Mediterráneo es inolvidable.

Panorámica antes de bajar a Alicante.

Acabamos con la noche ya cerrada pero en el puerto deportivo de Alicante, contemplando el Castillo de Santa Bárbara que domina toda la ciudad. Un gran fin que me permite mostrar que hay veces que lo más evidente no es siempre lo mejor. En estos días de sol y playa Alicante es destino de todos nosotros. Pero porqué no conocer un poco más que lo típico y porqué no hacerlo en moto.

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