Suzuki nos presenta su nueva Suzuki GSX-8S, una moto de calle, de tipo street fighter con un amplio rango de usos que puede ser buena compañera para el día a día e invita a sacar el carácter en carreteras de curvas. Orientada a un grupo heterogéneo de clientes, desde los más principiantes hasta los más experimentados, ha sido diseñada desde cero a partir del nuevo motor bicilíndrico en paralelo, más moderno, eficiente y también barato de fabricar. Una estética agresiva y moderna, junto con un ajustado precio y completo equipamiento electrónico, viene a sumar opciones a un segmento muy competitivo.
El mercado de las naked de media-alta cilindrada está muy copado de buenas opciones como la Yamaha MT-09, la Kawasaki Z900 o la icónica Honda CB750 Hornet. Suzuki apuesta por un buen equilibrio entre prestaciones y estética, y ofrece un conjunto moderno de chasis firme y motor suave para poner en la calle una moto muy fácil de llevar con un puntito deportivo.
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Características y Equipamiento Suzuki GSX-8S
La nueva GSX-8S ha sido concebida en torno a su nuevo y excepcionalmente suave motor. Un motor bicilíndrico en paralelo DOHC de 776 cc, moderno y muy aprovechable, que genera una potencia de 83 CV a 8.500 rpm y un par máximo de 78 Nm a 6.800 rpm. El calado de cigüeñal a 270 grados y el nuevo sistema Suzuki Cross Balancer proporcionan un funcionamiento muy refinado en marcha y es especialmente destacable su capacidad para mantener el rendimiento a bajas revoluciones. Aunque su punto fuerte se encuentra en el tercio superior del tacómetro, entre las 6.000 y 10.000 rpm, se trata de un motor lineal y predecible en todo momento.
Esta GSX-8S incluye un conjunto de sistemas electrónicos que Suzuki denomina Sistema de conducción inteligente (SIRS), y que cuenta con el Selector de Modo de Conducción (SDMS), que adapta la respuesta del acelerador; el control de tracción (STCS) es desconectable y se puede graduar en 3 niveles; el sistema Ride-By-Wire que resulta muy suave y se combina a la perfección con el quickshifter (Sistema de Cambio Rápido Bidireccional) que funciona francamente bien; además, el sistema ABS; y finalmente, la función Suzuki Easy Start y la función Low RPM Assist de Suzuki que ayuda a mantener la velocidad de ralentí del motor muy útil cuando rodamos por ciudad.
El nuevo chasis de acero (combinado con basculante de aluminio), diseñado en base a las proporciones y nuevas características de un motor más moderno, resulta firme y aporta muchísima estabilidad y agilidad a la marcha. Los frenos son Nissin con pinzas de anclaje radial y dos discos de 320 mm. Detrás monta un disco de 240 mm y pinza de un solo pistón. Las suspensiones se componen de horquilla invertida KYB con 130 mm de recorrido y monoamortiguador regulable (KYB también). Monta neumáticos Dunlop SPORTMAX Roadsport2 con ruedas de 17 pulgadas. El depósito es de 14 litros y los consumos declarados por la marca son de 4,2 litros a los 100 kilómetros. El manillar cónico es más bien ancho y gracias al nuevo motor, la moto resulta bastante estrecha justo en la parte del asiento por lo que su altura (810 mm) no resulta un problema para la mayoría de pilotos. La posición de conducción es espaciosa y relajada y la sensación que tenemos es de una moto plana y más bien larga.
El equipamiento de serie se completa con un panel TFT LCD de 5 pulgadas y a color que destaca precisamente por su sencillez y ausencia de artefactos, siendo muy legible y sensato. En el lado izquierdo del cuadro de instrumentos tenemos un útil conector USB. Las luces son full LED y con un nuevo diseño en disposición vertical, característica que parece que marcará la pauta estética de los faros de los nuevos modelos y que ya comparte (además de motorización) con la también recién presentada Suzuki V-Strom 800DE.
En marcha con la Suzuki GSX-8S
Cuando nos acercamos a la nueva Suzuki GSX-8S apreciamos un diseño moderno y cuidado. La moto presenta superficies planas y líneas afiladas y un aspecto compacto y equilibrado. El motor va al descubierto y los elementos decorativos se reducen al mínimo, resaltando el silenciador más corto jamás montado en una Suzuki, que pone de manifiesto la apuesta de la marca por la belleza funcional.
Faros full led de diseño hexagonal y posicionados en vertical, que vienen a formar parte del lenguaje estético de la marca a futuro y que comparte (además de motorización, como ya hemos dicho) con su hermana V-Strom 800DE. Todo lo que queda a la vista resulta de buena calidad y tanto las piñas, los plásticos y los mandos ofrecen un buen tacto. El conjunto visual me parece muy atractivo y francamente creo que es una moto bonita, moderna y de imagen agresiva sin excesos.
Una vez en marcha la moto resulta liviana y manejable (202 kg declarados). El manillar nos invita a sentarnos más bien erguidos y resulta cómodo en ciudad. El puesto de conducción está coronado por una pantalla sencilla y fácil de entender y el sonido del escape es lleno y agradable. Siendo tan estrecha en la parte central (cosa que se consigue gracias a las nuevas dimensiones más contenidas del propulsor) facilita a pilotos de todas las medidas llegar con confianza con los dos pies al suelo. Aunque si pasas de 180 cm de altura puede que la encuentres algo pequeña, como me pasa a mí.
El motor resulta tremendamente aprovechable, con una entrega de potencia muy lineal y bastante lleno, sobre todo en el tercio más alto del cuentavueltas. Tiene mucho par y suavidad y unido a las ayudas electrónicas: el asistente a bajas revoluciones, el fantástico quickshifter y el acelerador electrónico; es muy fácil modular y enviar al suelo justo la fuerza que queremos en cada momento. En todo momento el propulsor ha dado muestras de ser suave, sin prácticamente vibraciones molestas y resulta lleno y alegre. Invita a llevarlo más bien alto de vueltas siendo seguramente a partir de 6.500 rpm donde la combinación de par y potencia encuentra su punto más dulce y desde ahí hasta las 10.000 vueltas. Las recuperaciones son correctas y de alguna manera me he encontrado más cómodo en marchas más largas de lo habitual. En definitiva un motor que anima a ir rápido, que destaca por su suavidad y con una entrega de potencia muy controlable.
La parte ciclo de esta GSX-8S es principalmente noble y predecible. La configuración de suspensiones y la rigidez del chasis le dan un carácter más bien firme al conjunto, cosa que no me parece mal. La moto es muy aplomada en marcha y en línea recta dando la sensación de ir sobre raíles (aunque suene a cliché). En carreteras de curvas resulta ágil y divertida. Fácil de meter en curva y aplomada. Desde luego admite muy bien el uso deportivo sin ser excesivamente exigente y puede ser una muy buena opción para gente que quiera iniciarse (admite limitación para A2) o dar un salto desde una 650 cc.
Cabe mencionar que esta sensación rígida del conjunto ciclo puede penalizar en algunos tramos donde el asfalto no esté en perfectas condiciones. Siempre que encontremos rugosidades o baches deberemos relajar la marcha. Pero no lo destacaría como una carencia. Creo que se gana mucho más de lo que se pierde con esta configuración. La sensación es de estabilidad en curvas largas (rápidas) y unido al empuje de medios que tiene el motor, hace muy fácil aprovechar, confiar y divertirse con la moto.
Las posibilidades de combinación del comportamiento de la moto a través del selector de modos de conducción, el control de tracción y los niveles de ABS, son muchas. Los tres modos de conducción disponibles (Activo, Básico y Confort) entregan la misma potencia final, pero cambian la curva. El modo Confort resulta demasiado plano y personalmente lo dejaría para mojado; tanto el modo Básico como el modo Activo pueden ser muy divertidos y en los tres casos, el acelerador responde bien justo al comienzo del recorrido, sin brusquedades que suelen tener a veces algunas motos con sistemas similares. El control de tracción es desconectable y tiene tres modos de intervención, siendo que el modo 3 es el más conservador, óptimo para mojado de nuevo y para un uso normal los otros dos, según gustos. El cambio rápido funciona a las mil maravillas y el tacto y la potencia de los frenos están a la altura del conjunto, con un sistema de ABS también francamente bueno.
Por mencionar alguna pega, comentar que el asiento me pareció un tanto duro y a medida que avanzaba la jornada mis nalgas me pedían descanso. También es cierto que las pruebas son intensas y en general me parece un asiento adecuado para el uso que el usuario medio le va a dar a este tipo de moto. Lo que no me gusta tanto, pero es ya inevitable tendencia, es que las plazas traseras de las naked últimamente son prácticamente testimoniales. Algo a tener en cuenta si buscas un uso más rutero (que tampoco suele ser la intención del público de estas motos).
En general, la marcha con esta GSX-8S destaca por la finura del motor y la facilidad con la que entrega potencia especialmente en el medio régimen (en torno a las 7.000 vueltas). También por lo rápido que llega al punto dulce del par. Eso y una configuración más bien firme de la parte ciclo, con suspensiones duritas y chasis rígido que me parecen un acierto y aportan mucho aplomo en marcha.