El objetivo del Ayuntamiento de Valencia es permitir que la ciudad esté cada más a la medida del peatón. El área comprendida entre la ronda interior (Colón, Blanquieres, Guillem de Castro) y las calles del interior contará con un límite de velocidad de 30 km/h. Algunas calles del centro ya disfrutaban de esta limitación, aunque la ampliación efectuada por el gobierno de Joan Ribó no ha contemplado todo el anillo interior.
La medida ha generado protestas, tanto por considerarla excesiva dado que la disminución de la velocidad de circulación podría tener un efecto tapón y terminar afectando al conjunto de la circulación en el resto de la ciudad, como la de los que la consideran insuficiente porque abarca un área excesivamente reducida.
Otra de las medidas desarrolladas en paralelo es permitir al peatón cruzar por cualquier punto de la calzada, con la obligación de los vehículos de detenerse como si se encontraran ante un paso de cebra, una cuestión que, sin lugar a dudas, requiere de un estudio mayor por el riesgo de atropello o colisión que puede provocar al tener que detenerse súbitamente un vehículo cuando un peatón cruza la calzada por un lugar donde no está marcado expresamente un cruce.
El Ayuntamiento realizará campañas de concienciación entre los vecinos, con la edición de un vídeo en Youtube y una campaña en Twitter con la etiqueta #ElCentreA30.
Otras medidas relacionadas con la movilidad urbana son la futura ampliación de la anchura del carril bici, al tiempo que el Ayuntamiento está pendiente de dar respuesta a las diferentes solicitudes recibidas para ampliar las plazas de aparcamiento para motos en diferentes zonas de la ciudad, que son, en la actualidad, claramente insuficientes.
