Siete años después de su creación, la empresa californiana sigue creciendo. Además de iniciar el servicio de moto-taxi en ciudades tan congestionadas como Bangkok o Bogotá. En esos dos casos funciona de forma muy similar al servicio de viajes en coches particulares a cambio de dinero que ya conocemos de Uber. Los usuarios piden la moto a través de la app de Uber y pueden contratar el trayecto sabiendo previamente lo que les cuesta. El pago se efectúa al final del viaje y el servicio cuesta 25 céntimos fijos, más 9 céntimos por kilómetro más 2 céntimos por minuto. El conductor tiene la obligación de proporcionar un casco al pasajero.
Ahora Uber nos sorprende con el reparto de comida a domicilio en europa, concretamente en Italia. Los requisitos para poder participar como repartidor en el proyecto son muy básicos: disponer de un scooter legal para rodar por las vías públicas y poder transportar hasta 15 kg de peso. De esta manera, Uber ataca el competido sector de la alimentación, abaratando el coste del desplazamiento y facilitando la llegada del producto final al hogar del cliente. Para beneficiarse de ello hay que descargar una app gratuita o utilizar ubereats.com, indicar lugar de entrega, explorar los restaurantes locales, pagar (tarjeta de crédito, débito o PayPa) y rastrear tu pedido.
La expansión de Uber como servicio de desplazamiento desde 2009 ha sido brutal, superando el desafío que ha supuesto las prohibiciones de sus servicios en varios países, con una valoración en más de 50.000 millones de dólares a pesar de las grandes controversias que ha suscitado en diferentes países debido a la inconformidad de los taxistas.
