Ducati evoluciona sus Scrambler 1100 estándar, Special y Sport (lanzadas en 2018), presentando ahora dos versiones que acentúan su lado más deportivo. La motorización es la misma para ambas, es decir, un bicilíndrico en L refrigerado por aire y 2 válvulas por cilindro con 1.079 cc, 86 CV a 7.500 rpm, 88 Nm a 4.750 rpm y embrague hidráulico asistido antirrebote.
Como buena Ducati, la electrónica de última generación no falta, incluyendo de serie acelerador electrónico RbW, plataforma inercial IMU Bosch, ABS en curva Bosch 9.1 MP, control de tracción en curva y triple modo de conducción (City, Journey, Active).
CARACTERÍSTICAS Y EQUIPAMIENTO
Estéticamente la SCR 11 SP impone su presencia gracias a una decoración negra luce sobre un depósito de acero (15 l.) con paneles laterales de aluminio intercambiables (con el logotipo 1100 pintado), tapas de las correas de distribución en aluminio mecanizado y tapicería de asiento marrón. El toque de exclusividad se consigue gracias a unas suspensiones Öhlins (horquilla invertida de 45 mm en vez de la Marzocchi de su hermana y monoamortiguador sin bieletas), manillar bajo y retrovisores en las puntas.
Chasis multitubular de acero con subchasis-basculante de aluminio, luz de día DRL LED, toma de corriente USB (bajo el asiento), instrumentación LCD, pinzas de freno delanteras radiales Brembo M4.32, portamatrícula flotante, llantas de radios de 18 pulgadas, neumáticos mixtos Pirelli MT60 RS y 206 kg en orden de marcha completan el conjunto.
EN MARCHA
Sentado en la Ducati Scrambler 1100 Sport Pro aprecias uno de sus cambios más significativos: una postura más adelantada, y por tanto, deportiva. El manillar es diferente al de su hermana, siendo más plano y bajo que esta, una pose semejante a la de la Scrambler Full Throttle. En cualquier caso no es extrema, por lo que puedes recorrer muchos kilómetros sin acusar el cansancio. Al ir más agachado puedes cargar más el tren delantero y ganar estabilidad, algo prácticamente simbólico cuando una horquilla sueca dorada se encarga de guiar tu rueda.
El botón de intermitencia de la piña izquierda también permite seleccionar el modo de conducción, adaptando el carácter del motor a tus requerimientos. Puedes elegir entre modo Active (el más cañero), Journey (equilibrado) y City (75 CV, más tranquilo). Cada uno de ellos ajusta automáticamente el nivel de intervención del control de tracción y el ABS para hacerlos menos o más intrusivos, respectivamente. El escalonamiento entre ellos está bien diferenciado, pudiendo averiguar rápidamente en cuál circulamos a la menor insinuación del gas.
En ciudad esta SCR 11 se desenvuelve muy bien debido a su estrechez y al económico modo City, pero donde de verdad muestra todas sus cartas es en carreteras de montaña: cuantas más curvas mejor. Rodando en modo Active notas una entrega de potencia más contundente e instantánea, siempre con fuerza y con unos medios que te catapultan al siguiente viraje. Juegas con el preciso cambio lo necesario, con una 3ª-4ª de lujo que te permite llegar a todo. La agilidad en los cambios de dirección, la facilidad de movimientos y la estabilidad en la pisada son marca de la casa: la llanta delantera de 18″ casi te hace creer que equipas una de 17″. Es imposible que tu cara no esboce una picarona sonrisa, algo que puede transformarse sin esfuerzo en histriónica carcajada a poco que «le coges el truquillo».
La frenada también queda asegurada gracias a un equipo Brembo con asistencia en curva con el que ya no hay miedo a “tirar” de maneta en plena inclinada. El tacto y la potencia están al altura del conjunto, un pack deportivo fuera de cualquier duda.