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Munro 2.0: la eléctrica que recurre al trampantojo para enamorar

Fotos: Munro Motors
La marca establecida en Beijin, Munro Motors, recurre casi a un truco de prestigitador para eliminar de un plumazo el fallo que cometen casi todos los diseños de motos eléctricas: ser demasiado futuristas. Para ello han recurrido a líneas clásicas y, sobre todo, a desarrollar un motor simulado que mantiene la esencia de las motos de siempre.

Munro Motors han sido los creadores de la Munro 2.0. Y sí, tal y como os estáis imaginando, su nombre homenajea al gran Burt Munro y sus hazañas sobre la salada superficie de Bonneville a lomos de su Indian de 1920. Y es que la marca americana también tiene una especial influencia en el diseño de esta moto eléctrica tan particular.

La Munro 2.0 la podríamos considerar casi como una moto nacida en torno al movimiento steampunk pues combina la modernidad y el clasicismo en sus líneas. Toda ella se construye alrededor de un chasis de cuna simple sin ningún tipo de suspensión posterior. Delante recurre a un esquema Fior-Hossack mientras que el motor eléctrico de 800 W se sitúa en el buje de la rueda posterior. Para buscar un compromiso en el confort de rodadura, tanto los neumáticos de perfil ancho como los amortiguadores en el asiento ayudan en esta función.

La influencia que os comentábamos que le llega desde Indian la observamos en el alargado depósito y, sobre todo, en el motor bicilíndrico que no es tal sino simplemente una pieza estética bajo la cual se sitúan una batería de 3.200 mA de lítio y la mayoría de los componentes eléctricos necesarios para su funcionamiento. En la Munro 2.0 han pensado, con gran acierto, que no es necesario crear tapas falsas de extrañas formas pudiendo mantener algo que estamos acostumbrados a ver.

Munro 2.0 - asiento

Con la batería completamente cargada, esta particular moto eléctrica es capaz de superar los 100 km de autonomía con una velocidad máxima limitada de 50 km/h. Estamos por lo tanto hablando de prestaciones muy similares a las de un ciclomotor. La recarga completa se consigue en aproximadamente 4 horas o bien se puede cambiar por otra nueva de forma sencilla.

La instrumentación es digital y se encuentra perfectamente integrada en la parte superior de la tija. Tanto la iluminación trasera en la que se integran todos los pilotos luminosos como la delantera, recurren a tecnología LED. Para su puesta en marcha no es necesario llave ya que incorpora un sistema keyless. Finalmente su equipo de frenos es muy similar al de las bicicletas ya que es muy ligera. Su peso es de sólamente 42 kg.

Como curiosidad, se pueden elegir hasta tres variantes en las que se modifica la altura y posición de manillar y con ello nuestra postura a los mandos, desde una erguida y más cómoda a otra mucho más deportiva.

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