No os podéis imaginar cómo se nos pone el cuerpo cuando aparecen a la venta motos como esta Triumph X75 Huracán de 1973. De hecho, esta es una de las 1.172 unidades que se fabricaron de esta versión tan especial de la BSA Rocket 3. Ahora podéis intentar haceros con ella en la subasta que está llevando a cabo Donington Auctions, donde se espera alcanzar una cifra en torno a los 38.000 euros por ella. Esto nos da habida cuenta de lo especial y codiciada a la vez que esta moto entre los amantes de la marca.
Pero vayamos al comienzo de su historia, el porqué de su nacimiento y corta vida comercial, que dio lugar a que solamente se fabricaran unas pocas de estas máquinas naranjas. Cuando se presentaba en la temporada de 1968 las nuevas Rocket 3 y Triumph Trident de tres cilindros, los mandamases de la marca no salían muy convencidos del éxito que podrían tener aquellas motocicletas en el mercado estadunidense. Por aquel entonces, BSA se abría camino en terreno yanqui y sabía de la importancia de agradar a sus clientes en aquellas latitudes.
Además, tenían un problema añadido. Honda estaba a punto de aterrizar con un nuevo modelo que marcaría un antes y un después en la categoría. Os hablamos como no de la Honda CB 750 Four. Para aquel entonces los técnicos de la marca sabían que habían errado por muchos motivos en el diseño de aquel modelo que antes de ser estrenado ya llegaba desfasado con respecto a la competencia. En cualquier caso, la moto era rápida y se podía intentar subsanar aquel desaguisado, creando una versión especial con la que competir de tú a tú con las implacables japonesas
Fue Don Brown, el distribuidor estadounidense BSA, quien recurrió a los servicios de Craig Vetter, un joven diseñador y fabricante de piezas elaboradas con fibra de vidrio. La idea era sencilla: Fabricar un kit de carrocería con el que rebajar el peso final de la Rocket 3 y que además le confiriera una imagen más deportiva que la de la versión estándar. Así que Vetter se puso manos a la obra y en el verano de 1969 ya había creado un prototipo que presentó en octubre de ese mismo año a Peter Thornton, presidente de BSA / Triumph North América, y el propio Brown, que le había hecho el encargo.
Por esas fechas la situación financiera de BSA era nefasta, al punto de que Vetter tuvo que esperar 2 años para poder cobrar los servicios prestados. En cualquier caso, la moto fue enviada a Reino Unido, donde fue recibida en las oficinas de diseño de BSA-Triumph, en Umberslade Hall. Pero allí fue el jefe de diseño de la marca por aquel entonces, Bert Hopwood quien consideró que aquel diseño era demasiado moderno para llevarlo a la fabricación en serie. Pero la cosa estaba a punto de cambiar, ya que aquel proyecto aparecería en las páginas de Cycle World en septiembre de 1970 y la acogida del público dictó sentencia.
Así que vuelta a la idea original, Steve Mettam fue designado como ingeniero jefe de aquel proyecto, ya bajo la tutela de Triumph. La BSA Rocket 3 pasó a ser la nueva Triumph X75 Hurricane, siguiendo con la tradición de BSA de nombrar a sus modelos con nombres de fenómenos meteorológicos como Cyclone, Lightning o Thunderbolt. Se reservaron 1.183 motores de los que quedaban disponibles en las instalaciones de BSA para darle vida a esta versión deportiva que hoy os mostramos. A pesar de los esfuerzos de la marca, esta X75 solo estuvo a la venta un año, entre finales de 1972 y 1973.
En cuanto a la técnica que envuelve a esta versión especial, Vetter decidió hacer algunas modificaciones en el apartado mecánico, aunque inicialmente la idea era mantener de origen el propulsor de la A75. Este contaba con unas cotas internas de 67 mm x 70 mm, pero Vetter hizo pequeños cambios en la culata, buscando ante todo un cambio estético, más que mecánico. Los cilindros se pintaron de negro y se montaron 3 carburadores Amal concéntricos de 27 mm de paso, logrando una potencia de 58 caballos a 7.250 rpm.
Por otro lado, se instalaron las tres salidas de escape laterales que venían directamente de la moto de competición del Team BSA flat tracker. Otros detalles, como un cuadro de instrumentos diferente, con sendos relojes separados, eran exclusivos del modelo. También se integraba un equipo de horquilla delantera Ceriani a la que se le suprimían los protectores, logrando un aspecto más limpio y deportivo. Por su parte se incorporaba un falso depósito de fibra, estando el verdadero depósito de 9 litros de capacidad debajo de este, así como un asiento de una sola pieza.
Los datos técnicos de aquella Triumph X75 Huracán de 1973 no diferirían demasiado de la moto desde la que partía. En cualquier caso, ahora el peso era bastante inferior a los 202 kilogramos de la A75 estándar y el cambio de la horquilla delantera incrementaba su distancia entre ejes hasta los 1.524 mm. De las 1.172 unidades que se llegaron a ensamblar, algunas de ellas montaban el cambio de 4 relaciones de la BSA A75, mientras que otras llegaron a incorporar el de 5 velocidades provenientes de la A75V.
La unidad que actualmente está en proceso de subasta en Donington Auctions es de noviembre de 1973 y cuenta en su odómetro con apenas 2.527 millas, unos 4.066 kilómetros. Esta variante monta caja de cambios de 4 relaciones y se encuentra en un estado original, sin restauraciones a lo largo de su vida. Es tal su originalidad que incluso lleva montados aun los neumáticos de serie, unos Dunlop TT100 de 4,25×18 pulgadas. Pero si algo hace especial a este ejemplar en concreto, es por qué está firmada en la parte trasera de su asiento por el propio Craig Vetter. En definitiva, una joya que nos transmite parte de la historia del motociclismo británico, de una manera única y especial.