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Motos de ensueño a la venta: Gilera CX 125 1991

Una incomprendida en su tiempo venerada 30 años después de su nacimiento
Fotos: Iconic Motorbikes
La Gilera CX 125 para muchos será una desconocida y para otros tantos una motocicleta sin mucho sentido por diferentes cuestiones. Nacida en la época dorada del motociclismo en general y las 2T en particular, puede carecer de argumentos comerciales, pero está llena de algo que ya prácticamente se ha extinguido en el mundo de las dos ruedas: Pasión.

Es increíble cómo se dan a veces las cosas y como la historia de estas puede pasar de un extremo a otro aplicando un solo factor: Tiempo. Esto quizás sea la manera más sencilla de explicar por qué esta Gilera CX 125 que hoy os mostramos y que actualmente está a la venta en la página de subastas de nuestros amigos de Iconic Motorbikes, pasó de ser una incomprendida en su tiempo, a un objeto de deseo por los amantes de las dos ruedas en general. También es curioso que en mi caso particular tuviera que esperar al año 2015 aproximadamente para ver por primera vez una de estas.

Nunca antes a lo largo de mis 33 años, hasta ese momento, me crucé con algún ejemplar o supe de alguien que tuviera en su haber alguna unidad. Todo cambió el día que conocí a un coleccionista de la marca italiana que posee, entre otras, una espectacular unidad de Gilera CX 125 y pude ponerme ante ella y apreciar de manera directa el contorno de sus formas y la infinidad de detalles que la componen.

En cualquier caso, y entrando en materia sobre el modelo en cuestión y el porqué de su existencia, esta motocicleta llegaba como muestra de lo que la marca de Arcore podía llegar a hacer en aquella entrada de la década de los 90. Antes de ella habían presentado los modelos KK y KZ y un poco más tarde llegaría la espectacular Gilera SP01, posteriormente SP02 y conocida como Crono en sus últimos compases comerciales, con apenas algunos cambios respecto a la primera versión.

Pero esta CX 125 iba mucho más allá de buscar una imagen deportiva o unas prestaciones Top dentro de la categoría del octavo de litro. El objetivo era ofrecer otras posibilidades dentro de una motocicleta de carácter racing en una cilindrada pequeña como era los 125 cc. Si bien ya habíamos visto «artilugios» similares con anterioridad en forma de Bimota Tesi de 1983 o la mismísima ELF2 de 1984, en la que claramente se inspira para su diseño, siempre había sido en motos de gran cilindrada y no en una simple 125 este tipo de “experimentos técnicos”.

Así que Gilera la da a conocer en el EICMA de 1989 a modo de prototipo y no es hasta dos años después cuando la lanza al mercado prácticamente sin variaciones respecto al primer concept. Únicamente estaría durante dos años a la venta y se estima que solamente se llegaron a matricular algo más de 1.000 unidades en todo el mundo, según los registros de la propia marca. En España costaba incluso algo menos que su coetánea, la SP01, unas 549.000 pesetas del momento, pero su paso por nuestro mercado fue prácticamente testimonial y en la actualidad es casi una quimera poder ver una de estas circulando.

Gilera CX 125 1991

Lo que está claro es que esta Gilera CX 125 buscaba ante todo diferenciarse de las demás competidoras. Solo hay que echar una ojeada rápida a la variedad de sus componentes para dar fe de esta teoría. Empezando por su sistema de suspensión delantero monobrazo denominado SSS, “Single Suspension System”, obra de Paioli, el cual contaba con algunas ventajas como la accesibilidad mecánica, pero, por el contrario, tenía un funcionamiento muy diferente a una horquilla convencional. Las sensaciones que llegaban a sus mandos eran difusas y por momentos se sentían extrañas las inercias que provocaba en el eje delantero, comparadas con un sistema convencional.

Atrás era otro sistema de tipo monobrazo, con amortiguador progresivo y ajuste de precarga, el que completaba este apartado. Luego tenemos unas preciosas llantas Grimeca, calzadas con enormes neumáticos en medida 120/60 ZR 17 y 150/70 ZR 17, de tipo casi lenticular por uno de sus laterales, aunque el otro es hueco para poder albergar el sistema de frenado. Allí Gilera optó por anclar el equipo ya visto en la SP01. Un disco delantero de 300 mm, accionado por una pinza de 4 pistones y otro posterior de 240 mm, mordido por una pinza de doble pistón, eran los encargados de parar los 120 kilogramos declarados en seco. La parte ciclo la completaba un chasis doble viga de tipo «Twin Box», encargado de concederle una rigidez a la altura de las circunstancias.

Gilera CX 125 1991

En la parte mecánica se confió en el monocilíndrico 2T de 124,3 cc ya visto en otros modelos de la marca. Este venía refrigerado por agua, con láminas al cárter, válvula de escape electrónica, eje de balance y engrase separado. Capaz de ofrecer una potencia final de algo más de 30 CV a 10.750 rpm, lograría catapultar a la CX 125 hasta los 163 km/h, según declaraba la marca por aquellas fechas.

Por último y punto clave del modelo estaba su estética, de estilo futurista, que además de buscar un Cx lo más bajo posible, de ahí su denominación comercial, también destacaba por no dejar a la vista ninguna de sus partes mecánicas. Esto daba lugar a sobrecalentamiento y diversos ruidos producidos por la propia resonancia que creaba el mismo carenado y su configuración, algo que fue siempre mencionado por los medios y probadores del momento. Todo ello no le trajo muy buena publicidad, convirtiéndola casi en el «patito feo» de la categoría en la época.

Gilera CX 125 1991

Ahora desde Iconic Motorbikes nos muestran un ejemplar que tienen actualmente a la venta. Este está asociado al VIN: DGM53128OM cuenta con apenas 3.688 kilómetros en su odómetro y su actual propietario la ha tenido únicamente como elemento de exposición desde mayo del 2020, momento en el que se hizo con ella mediante una subasta. Con ella se entrega un juego completo de adhesivos, así como llave original. Aunque funciona correctamente, según comentan, necesitaría una puesta a punto a conciencia para dejarla en un estado impecable, pero  a priori goza de una buena salud en todos los aspectos.

En definitiva, hablamos de una motocicleta que fue una incomprendida en su tiempo, pero que ahora, como suele ocurrir casi siempre con este tipo de vehículos, se ha convertido en un objeto de colección.

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