¿Cuántas motos pueden pasar de llevar años abandonadas en un granero a, tras una ligera puesta a punto, irse a hacer enduro? Pues la Honda Trail 90 ha podido y de manera sorprendente, demostrando que era una gran moto y, cincuenta años después, sigue siéndolo.
Gracias a Matt Spears, un piloto de enduro que hemos visto en otras ocasiones jugando por la montaña con una preparación de una Suzuki Hayabusa, podemos sorprendernos con la facilidad con la que, la moto abandonada pasa a ser funcional tras más de diez años de total abandono.
Los hermanos Spears, porque quien aparece a su lado es su compañero de fechorías y hermano, se ponen a repasar la Honda Trail 90 en un parking. Al más puro estilo rural estadounidense se ponen mano a la obra. Con unos pequeños ajustes que consisten, básicamente, en echar gasolina, revisar el filtro del aire (que no existe) y limpiar el carburador, tienen todo lo que la moto necesitaba para irse al monte.
Haciendo enduro con una Honda Trail 90
Por suerte para la Honda Trail 90 terminó en manos del dúo y por desgracia para ella también. Y es que después de la puesta a punto y de pelear ligeramente con su cambio, llegó el momento de probarla. No se conformaron con dar un paseo por el campo. Decidieron subir la montaña e intentar subir incluso por piedras de casi dos metros. Algo que, lógicamente, no consiguen a pesar de mostrar buenas maneras.
Obviamente, no todas las motos que hayan estado en un granero tanto tiempo, ni siquiera las irrompibles Honda Trail 90 van a arrancar a la primera. El estado de conservación de esta unidad, a pesar de todo, no era muy malo.
El tiempo ha sido benévolo con la moto, al menos hasta que Matt empezó a “maltratarla”, pero no cabe duda que aun así no deja de ser increíble lo que un poco de trabajo ha hecho en ella.
