Para muchos las nuevas tecnologías, que ya no son tan nuevas, tienen cosas negativas y probablemente sea así, todo el día conectados, localizables, atentos a un “cacharro” que nos dice si hemos andado suficiente o no, dónde ir a comer, cuanto vas a tardar en llegar al trabajo desde tu casa y que deja rastros de nuestros movimientos y gustos cada segundo que está encendido. Pero precisamente estos artefactos son los que permiten que podamos ver hoy una de esas modificaciones, porque llamarla preparación quizás es excesivo, que de otra manera no hubiéramos llegado a ver.
Uno de los redactores de bike-urious.com ha recibido un par de fotos desde el Aeropuerto de Los Ángeles (Estados Unidos) en la que se aprecia un scooter transformado con un gusto extravagante cuanto menos. La base parte de un Suzuki Burgman 650 y toda la parte ciclo y el motor pertenecen a el. Sin embargo, se ha prescindido de todos los plásticos de la moto para dejar el chasis al aire, pintándolo de color cobre y reamantando con pintura dorada las barras de la suspensión delantera, los amortiguadores traseros, el escape y el motor.
Por si todas estas “mejoras” no fueran suficientes, el faro delantero es redondo, dejando de lado el que monta el Burgman de manera original y se le ha puesto una pantalla, pintada en cobre, no queda claro si para protegerse del viento o para pasar al olimpo de las preparaciones más extrañas del planeta. Eso sí, el conjunto se completa con lo más exótico de todo, que es un sillón en lugar de asiento, con su respaldo y sus brazos incluídos. A tenor de lo visto, parece hecho a medida y lo que termina de llamar la atención es que parace que conserva el hueco debajo del asiento, pues el plástico negro asoma por debajo.
Quizás no sea la mejor preparación de la historia desde luego no es la más elaborada, pero quien sabe si estamos ante la más exótica jamás vista.
