Corría el año 1971 cuando Cycles Peugeot presentaba su Peugeot 103. Un ciclomotor lanzado para funciones utilitarias pero que se transformaría en un símbolo de libertad y un verdadero icono de moda y lifestyle. Su éxito, con ventas que subían como la espuma de un Dom Perignon, hizo que el fabricante francés se convirtiera en el primer constructor del país galo y el segundo de los constructores de ciclomotores mundiales de la época.
Con un brazo trasero articulado a nivel del motor, su admisión de válvula y una potencia de 1,9 CV a 5.500 rpm, el Peugeot 103 sedujo a los compradores y consiguió diferenciarse claramente de la competencia. En escasos tres años había batido todos los récords de ventas, con más de 550.000 unidades vendidas. Y no solo eso, es que el modelo se había convertido en un icono de un nuevo estilo de vida joven y moderno.
Un ciclomotor sencillo de usar, para que la conducción no supusiera ningún reto, y a la par robusto y fácil de mantener, pues debía tener una larga vida útil. Todo con un diseño reconocible y a un precio muy asequible, pues el objetivo era que se convirtiera en un producto de consumo de la sociedad de masas. Con los años, el 103 siguió evolucionando para adaptarse a las nuevas normas e incorporando constantemente nuevas mejoras técnicas y estéticas: líneas más finas, nueva óptica para una mejor visibilidad y un motor más potente que llegó a los 2,3 CV.
A principios de la década de los 80, la nueva reglamentación permitió desarrollar modelos sin pedales, naciendo entonces los 103 SP, SPX y RCX. Y luego más y más versiones en función del público al que iban dirigido: por ejemplo, para los modelos más deportivos se incorporaba una refrigeración líquida, mientras que las versiones MVL y MVC se centraban en el confort y la seguridad. Y es que, desde 1973, el Peugeot 103 era considera ya un icono de la sociedad francesa, llegando a suponer el 40% de las exportaciones francesas del sector, produciéndose hasta 2.000 unidades al día.
En la actualidad, el mítico ciclomotor de Peugeot es una suerte de objeto de culto, un modelo fetiche para los amantes de las dos ruedas. Por eso no extraña encontrar desde versiones básicas en páginas de segunda mano hasta ediciones limitadas en algunas de las subastas más exclusivas del mundo.
Y si quieres verlo, estás de suerte. Podrás hacerlo en el Museo de la Aventura Peugeot en Sochaux (Francia). Desde el 22 de noviembre y hasta el 31 de enero de 2022 estará abierta una exposición temporal dedicada al mítico ciclomotor Peugeot 103.