La moto creada por Suryanation Motorland y que como no podía ser de otra forma, se llevó el primer premio en uno de los concursos más importantes de preparaciones de motos celebrado recientemente en Indonesia, no sólo destaca por sus líneas o su pintura. Quizás lo verdaderamente más sorprendente sea el trabajo que realizaron en el motor para conseguir, a partir del bloque de una Harley-Davidson Sportster de 1996, añadirle un tercer cilindro y con ello fabricar un increíble motor de tres cilindros que han denominado W3.
Y es que tal y como podéis ver en las fotos, la preparación de estilo dragster integra perfectamente ese motor que, si no te fijas, podría pasar por el típico que se monta en cualqueir moto de ese estilo (sobre todo si lo miras por su parte derecha), pero cuando te percatas de los tres filtros de aire abiertos que apuntan hacia adelante, sabes que algo raro está ocurriendo…
Como decíamos, detrás de esta preparación se encuentra la gente de Suryanation Motorland pero que además se ha enfrentado a la dificultad de que para la construcción ha recurrido a tres talleres diferentes, uno de los cuales incluso se encuentra en Japón, por lo que la comunicación para conseguir que todo encajase ha debido ser un reto tan importante como fabricar la propia moto.
M. Joseph de Psycho Motor Purwokerto fue el encargado de la parte de ingeniería, Lulut Wahyudi de Yogyakarta Ciclo Clásico Retro fue quien fabricó el chasis y plasmó el diseño con pintura mientras que Kaichiro Kurosu y su taller de Tokio dio vida a la carrocería.
Para conseguir fabricar el motor hubo primero que darle muchas vueltas a la cabeza, sobre todo en cuanto al tema de la distribución por cascada de engranajes así como los tiempos de apertura de válvulas y el orden de encendido.
Después de horas y más horas así como un total de ocho meses de trabajo (en gran parte debido al tiempo de envío de las piezas entre los distintos talleres), el motor cobró vida y fue capaz incluso de completar un recorrido de casi 100 km sin ningún inconveniente ni avería.
Para sentirse orgulloso.
