Hace solamente 10 años el control de tracción en las motos era algo que estaba llegando desde el mundo de la competición y en ese momento lo hacía sólo en las motos más grandes y potentes del mercado. Hoy, una década después scooters de 125 como el Yamaha NMAX 125 o el Honda PCX 125 lo incluyen de serie, pero la industria de la moto trabaja para un paso más lejos y BMW ya ha patentado el control de tracción predictivo.
Entre medias de este camino hemos ido viendo la llegada de todo tipo de sensores o la IMU (Unidad de medida inercial), ABS en curva, controles de tracción avanzados, hasta radares y reflectantes creados para avanzar en la conducción autónoma y la seguridad de los usuarios de moto. Regresando de nuevo a la patente del control de tracción predicitivo registrada por BMW hay que señalar que el sistema está diseñado para analizar la carretera antes de que llegue la moto y estimar cuánto agarre estará disponible para así modular el control de tracción y el ABS.
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Por el momento no hay más que una imagen de la patente, que muestra cámaras apuntadas a la carretera desde diferentes ángulos, solamente unos metros por delante de la rueda delantera. Estas cámaras están conectadas a un conjunto central que es capaz de construir una imagen 3D en tiempo real. Con este mapeado y tomando en cuenta los valores de referencia se va ajustando la configuración de la moto antes de que el neumático delantero llegue a ella.
El sistema no está integrado solamente por esas cámaras, sino que también incluye otro tipo de sensores, en este caso acústicos y dirigidos a la zona de contacto de los neumáticos con el asfalto. Gracias a esta monitorización continua se podría conocer rápidamente la pérdida de agarre en el tren delantero, algo que ahora mismo no es habitual en la moto.
Pero el sistema va mucho más lejos en su monitorización y es que la unidad de control también recibe otro tipo de parámetros en tiempo real como son la presión de los neumáticos, la velocidad, el porcentaje de apertura del acelerador, el par motor, el ángulo de dirección y de inclinación e, incluso, la fuerza frenado.
En cierta medida nos recuerda a una patente de Honda, en la que el sistema era capaz de calcular automáticamente el agarre que teníamos bajo nuestras ruedas.
En resumen podríamos decir que estamos ante un sistema revolucionario que intentará minimizar las posibilidades de caída bien sea por un fallo nuestro o por circunstancias de la carretera para intentar ganar en seguridad.
Por el momento no tenemos más información sobre cuándo podría implementarse esta tecnología o cuándo empezará a probarse, aunque visto la complejidad del sistema sí da la sensación de que el trabajo que queda por delante antes de verlo en la calle es más largo del que nos gustaría. En cualquier caso siempre es una gran noticia saber que día a día se sigue trabajando para poder mejorar nuestra seguridad.
