Brough Superior fue fundada por George Brough en 1919 y fabricó motos exclusivas: “las mejores” del momento hasta 1940. Conocidas en su día como las “Rolls Royce de las dos ruedas”, es famosa porque Lawrence de Arabia poseyó varias… y falleció tras un accidente con una de ellas. La marca desapareció hasta que en 2008 un aficionado a las clásicas (Mark Upham) compró los derechos, y en 2013 se puso de acuerdo con el francés Thierry Henriette (ex Boxer Design) para poner en marcha las nuevas Brough Superior, cuyo primer prototipo se desveló en el Salón EICMA de Milán de aquel año.
Las motos las montan a mano poco más de una docena de trabajadores en Toulouse (cuidad sureña francesa con gran tradición industrial aeronáutica). Los motores, propios, tienen su origen en la también francesa Akira (Bayona), el preparador de las Kawasaki de Superbike entre otras cosas. Se trata de un bicilíndrico en V a 88 grados de 997 cc colocado transversal a la marcha pero con ambos cilindros simétricamente dispuestos hacia arriba. Refrigerado por agua, con culatas de cuatro válvulas y dos árboles de levas por culata (con mando mixto de cadena y engranajes), el motor ofrece 130 CV a 8.000 rpm en versión libre (circuito) o 100 CV en versión homologada Euro 4 para la calle. El motor es de diseño y aspecto exterior muy moderno (quizás un poco en contraste con el resto de la moto), y una curiosidad es que la fundición de los cilindros y las culatas es española (las hacen en Olesa de Montserrat). Algunas otras piezas también proceden de industria auxiliar catalana, aunque el mecanizado y acabado finales se hacen en Toulouse.
Si el motor, siendo exclusivo al ser propio, no llama demasiado la atención, sí lo hace la parte ciclo. El chasis (que usa el motor como parte resistente) es de titanio mecanizado (!) y también el subchasis es del ligero metal. La suspensión trasera usa un basculante de aluminio de fundición con un amortiguador y bieletas, y delante llevan una original alternativa (tipo Fior) con horquilla de fundición de aluminio y triángulos y bieletas en titanio. El uso de materiales ligeros se nota en el peso final: 196 kg en seco. Llama la atención el sistema de frenos, con cuatro discos (dos por lado) de 230 mm y unas pinzas Beringer mecanizadas a medida. Las llantas son relativamente convencionales: aluminio forjado y mecanizado. Montan neumáticos 120/70-18 delante y 160/60-18 detrás en el modelo SS100 y 120/70-19 delante con 170/60-17 trasera en la Pendine, de estilo más “Scrambler” (y con dos, no cuatro, discos delanteros).
Los precios marcan la exclusividad de las Brough Superior, además del equipamiento o los materiales usados (y su montaje artesanal). La Brough Pendine es la más asequible y su precio es de 59.800 euros (incluido el 20 por ciento de IVA en Francia), mientras que la Brough SS100 sube a 63.800 euros. Para 2019 la novedad es una edición limitada Aniversario (el centenario de la marca), de la que se montarán 100 unidades a 100.000 euros cada una (eso sí que son números redondos). Estas motos montarán piezas de carrocería mecanizadas, llantas mecanizadas con motivos Art Déco, escapes específicos igual que guardabarros y sistema de 4 discos. En su tercer año de producción, las Brough cuentan con cierto éxito teniendo en cuenta su exclusividad: vendieron 65 unidades en 2017, habrán vendido 85 motos en 2018 y esperan alcanzar las 150 en 2019.