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Bosch dispuesta a acabar con la crisis de los microchips: invierte 400 millones

Amplía sus instalaciones en todo el mundo
Fotos: Bosch
Uno de los grandes desafíos a los que se está enfrentando la industria de la automoción es la de la falta de componentes que necesitan semiconductores. Una de las empresas afectadas es Bosch, que ha decidido reaccionar con fuerza.

Desde hace unos meses hemos estado padeciendo una insólita situación en el sistema de consumo en el que vivimos y es que la demanda está superando con creces a la capacidad de oferta en algunos productos concretos. Ese es el resumen a grandes rasgos de lo que conocemos como “Crisis de los microchips” y que se basa en la falta de materiales semiconductores que son imprescindibles para crear muchas partes electrónicas de los automóviles pero, también, de un sinfín de componentes de nuestro día a día.

Durante décadas desde Europa y Estados Unidos se ha estado externalizando la fabricación de muchos componentes y productos ya que su fabricación era mucho más barata y, por tanto, el margen económico mucho mayor. Cuando uno piensa en uno de los móviles de última generación diseñados en Cupertino y en la barbaridad que cuestan hay que saber que el coste de fabricación está en torno a un tercio de su valor de venta. La teoría dice que fabricarlos en algunos países asiáticos abarata mucho ese precio y que de ser fabricados en Estados Unidos o Europa el precio final aumentaría significativamente.

Bosch amplía sus instalaciones en todo el mundo

Pero ese ahorro conlleva unos riesgos que hasta ahora no se habían mostrado con claridad y es que la dependencia de terceras partes es fundamental. Así, cuando ha surgido la crisis de los semiconductores muchos fabricantes se han visto atados de pies y manos. Si se trata de un fabricante de motos o coches es un grave problema, pero cuando tu negocio se basa principalmente en ello las alarmas suenan con total intensidad. Es por eso que Bosch ha decidido ponerse manos a la obra e invertir ni más ni menos que 400 millones de euros para poder reconducir la situación.

Con esta inyección de dinero prevista para 2022 piensan producir en Europa los semiconductores, concretamente en las factorías que tienen en Dresde y  Reutlingen, aunque la mayoría de recursos irán destinados a la primera, la más moderna. Se estima que en el periodo entre 2021 y 2023 Bosch habrá invertido 150 millones de euros sólo para crear 4.000 m2 de salas blancas adicionales. Las salas blancas son espacios diseñados para obtener bajos niveles de contaminación y se emplean en la creación de los aparatos electrónicos.

Además, Bosch ha confirmado que se crearán 150 puestos de trabajo adicionales sólo en la factoría de Reutlingen. Como complemento a este cambio en la filosofía de fabricación del gigante de la electrónica está la construcción de un centro de pruebas, aunque este estará situado en Malasia y debería estar operativo a partir de 2023. ¿Marcará Bosch un camino que sigan el resto de empresas europeas?

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