La movilidad sostenible se ha convertido en una de las preocupaciones más importantes para los consumidores españoles. Con ella se trata de reducir los efectos negativos en el medioambiente a la hora de realizar desplazamientos, tanto de pasajeros como de mercancías. Y en eso, nos estamos equiparando a las estimaciones en Europa.
La faceta de los vehículos eléctricos en los que son indiscutibles, es en su aspecto como herramienta de movilidad urbana. La movilidad sostenible en el ámbito urbano incluye tanto el transporte público como privado, con la idea de que los vehículos cero emisiones en su funcionamiento sean predominantes. Si a todo esto, se le añade la ausencia de puntos de carga en carreteras y la todavía escasa autonomía de los vehículos eléctricos, que implican tener que realizar trayectos largos con ellos, hace que siga siendo complicado en España.
En la ciudad destacan, entre otros, las bicicletas y los patinetes como herramientas de movilidad personal y los vehículos eléctricos (coches y motos) que permiten el desplazamiento de más de una persona. De manera concreta con las motocicletas, la patronal de los seguros UNESPA cifra en 104.239 los vehículos de dos ruedas eléctricos en España, juntando motos, scooters y ciclomotores. El tipo de uso es principalmente el destinado a desplazamientos diarios en recorridos cortos o medios, de menos de 45 kilómetros.
Electromovilidad
La electromovilidad está indudablemente despegando, sobre todo, en las grandes ciudades, consolidándose como una de las mejores maneras de moverse.
El Observatorio Cetelem ha cumplido recientemente su vigésimo quinto aniversario, con más de 100 estudios a sus espaldas. En el último, de forma concreta, se ha preguntado a un universo de 2.200 consumidores sobre la movilidad sostenible y, sobre todo, respecto a las motocicletas eléctricas y su intención de compra.
Entre los datos obtenidos, destaca que la movilidad sostenible es importante o muy importante para siete de cada diez consumidores españoles. Un porcentaje que se va equiparando con los del resto de países europeos.
Motos eléctricas
Uno de los datos reveladores del estudio que nos llama la atención es el que se refiere a la intención de compra de una moto eléctrica por parte de los consumidores, el estudio de este año ha arrojado un descenso en el porcentaje respecto a 2022. Así, sólo el 11% de los encuestados tiene intención de comprar una moto eléctrica durante los próximos 12 meses.
El 25% de los conductores de moto encuestados tiene intención de comprar una moto eléctrica en los próximos meses. Los encuestados de 35 a 44 años destacan por encima de la media con un 27% de menciones.
Para el 27% de los conductores encuestados sería asumible un esfuerzo económico de entre un 10% y un 30% adicional para comprar una moto eléctrica en lugar de una de gasolina. También encontramos con un 39% a los usuarios que no estarían dispuestos a realizar ningún tipo de esfuerzo adicional.
Para el 42% de los encuestados, el nivel de autonomía por el que estarían dispuestos a comprar una moto eléctrica debería ser de 101 km a 250 km como mínimo, tal y como ocurría el año anterior y aumentando este porcentaje en 3 puntos porcentuales. Casi la totalidad de los usuarios encuestados (88%) cree que la instalación de puntos de recarga en la vía pública es muy importante o bastante importante.
El 50% de los encuestados opina que el Plan Move no le hace plantearse la compra de una moto eléctrica en 2023. Son el 23% los que verían con buenos ojos la compra gracias a este Plan Move.
Los motivos para no comprar una moto eléctrica más mencionados por nuestros usuarios encuestados son, en primer lugar, el elevado precio de estas motos con un 54% (55% el año anterior), seguido por la poca autonomía con un 49% (48% el año anterior) y por la falta de puntos de recarga con un 35% (32% el año anterior).
