Jorge Martín (técnico en salvamento y socorrismo e instructor en SVB y DEA) es el alma máter de Rescuebike, o lo que es lo mismo, una joven empresa creada para formar a todos los aficionados al motociclismo sobre cómo solventar correctamente una primera respuesta en emergencias sanitarias correctamente. Muchos motoristas nos hemos visto incapaces de actuar ante un accidente de moto, tanto en carretera como haciendo off road, asumiendo que no estamos capacitados para ayudar. Esto no es así, pero para ello necesitamos unos mínimos básicos que pueden ser decisivos para el accidentado. Como reza el lema de este equipo de entusiastas: «Se aprende de los errores: no formarse lo es».
La experiencia de Rescuebike en el sector de las emergencias extra-hospitalarias les ha llevado a afirmar que la primera respuesta es vital y tiene consecuencias directas en la supervivencia y pronóstico de la persona afectada. Muchas veces el equipo médico puede tardar más de lo esperado y, por tanto, el tiempo de respuesta aumenta: ahí entramos nosotros. El objetivo pasa por estabilizar la gravedad del herido, porque una urgencia puede convertirse en emergencia si no hacemos nada.
Los primeros auxilios son medidas y acciones que se adoptan inicialmente en el mismo lugar de los hechos, hasta que se pueda obtener una asistencia especializada. En la medida de nuestros conocimientos, recursos y limitaciones debemos dar la mejor respuesta posible a ese incidente.
CONDUCTA PAS
El acrónimo PAS (Proteger Alertar y Socorrer) hace referencia a la primera norma que hay que tener en cuenta ante cualquier situación de emergencia. En cualquier caso hay una regla no escrita que siempre hay que cumplir y es valorar el beneficio frente al riesgo.
Aunque parezca contradictorio, cuando hablamos de PROTEGER el orden lógico es hacerlo primero con nosotros mismos, después el escenario y por último la persona afectada y terceros. Sin los dos primeros cubiertos (lugar, gente involucrada, tráfico, etc), nunca podremos ayudar y la víctima podría sufrir otra lesión que podría ser mortal. Lo ideal es que haya un líder que mantenga la calma y que coordine a otras personas para poder auxiliar a la víctima con garantías.
El segundo paso es ALERTAR a los servicios de emergencia. Si no alertamos, nadie nos ayudará. En España debemos llamar al 112 ó 061 e incluso contactar mediante la APP MY112, lo que conlleva la geolocalización automática de nuestra posición. En esta llamada lo primero es mencionar el lugar exacto donde nos encontramos, explicar qué ha ocurrido, el número de víctimas involucradas en el accidente y su estado. Por último nombre y teléfono de la persona que llama, no colgar hasta que nos lo indiquen y, una vez finalizada, dejar la línea abierta por si es necesario que nos contacten.
SOCORRER es la fase de mayor actividad. Nuestra premisa es no producir más daño, sabiendo lo imprescindible para superar con éxito la situación de emergencia con la que nos encontramos. En esta fase es fundamental realizar el SVB (Soporte Vital Básico), es decir, un conjunto de maniobras que permiten identificar si una persona está en Parada Cardiorrespiratoria (PCR) o no y, en caso afirmativo, realizar una pseudo-sustitución temporal de las funciones respiratorias y cardiacas hasta que la víctima pueda recibir tratamiento más cualificado.
Lo primero es cerciorarse de que no responde estimulándole (verbalmente gritando, ruido, tocando la mano, costillas, clavícula, etc.) y está inconsciente. Si no hay respuesta hay que comprobar si no respira durante un periodo de más de 10 segundos (ayudarnos de la pantalla del móvil para ver si su boca produce vaho o ayudarnos de la visera del casco, movimientos de su caja torácica, sonidos, etc). También es importante abrir la vía aérea mediante la maniobra frente-mentón (nunca con víctimas traumáticas), girando la cabeza hacia atrás.
La parada es una interrupción brusca, inesperada y potencialmente reversible de la circulación y respiración espontánea como consecuencia de una alteración eléctrica en el corazón (arritmia). Llegado el caso realizaremos una RCP (reanimación cardiopulmonar) precoz y, a falta de un desfibrilador externo automático (DEA) que proporcione una descarga eléctrica para reiniciar el corazón, lo bombearemos de manera mecánica con nuestras propias manos (30 compresiones torácicas cada 2 minutos comprimiendo 6 cm el tórax) para que llegue oxígeno al cerebro. Una tarea fatigosa para el asistente pero vital para la víctima, por lo que puede ser útil hacerlo en relevos. Debe realizarse hasta que llegue ayuda cualificada, el tiempo que sea necesario, o hasta que la víctima empiece a respirar.
Según la denominada Curva de Drinker una víctima en esta situación tiene un 10% menos de posibilidades de sobrevivir por cada minuto que pase sin realizar RCP. Pasados 10 minutos las posibilidades son nulas.
Otra posibilidad es que esté inconsciente pero sí respire. En ese caso no hay que hacer PCR, sino moverle a PLS (Posición Lateral de Seguridad), es decir, una movilización a posición lateral en bloque. Para esta acción es necesario la ayuda de varias personas que trabajen al unísono.
HEMORRAGIAS EXTERNAS
Otra lesión común que podemos encontrarnos cuando afrontamos un accidente de moto son las hemorragias, es decir, el sangrado provocado por la rotura de vasos sanguíneos. La más común suele ser externa y puede haber tres niveles de flujo: capilar, venosa y arterial. Esta última es la más preocupante porque puede hacer que el paciente se desangre en pocos minutos. Un dato: el 8% (5 litros) de nuestro peso corresponde al líquido elemento.
Ante una hemorragia hay que exponer la herida (cortar ropa y elementos que dificulten el acceso a la misma), ejercer presión directa en el foco de sangrado y realizar un vendaje compresivo. Si el sangrado está controlado hay que avisar a la asistencia médica para que procedan al desplazamiento hospitalario pero, si es incontrolada, hay que aplicar otra medida más contundente.
En caso de hemorragia masiva, dependiendo de dónde esté el foco de sangrado, extremidad o tronco, habrá que emplear la técnica del torniquete (5 cm por encima del punto de sangrado y apretar muy fuerte, máximo 2 horas puesto) o bien un agente hemostático (empaquetamiento) + presión, respectivamente. Las excepciones son abdomen y tórax, a las que no podemos realizar vendaje compresivo. Si, además, la herida es abierta y hay una arteria rota hay que rellenar la cavidad con vendas que empapen el flujo de sangre e intentar pinzar la misma llegado el caso.
OTRAS SITUACIONES
- Convulsión
Las convulsiones son síntomas de un problema cerebral. Ocurren por la aparición súbita de una actividad eléctrica anormal en el cerebro. La mayoría duran entre 30 segundos y 2 minutos y no dejan secuelas graves. Puede verse acompañada de pérdida de conciencia, saliva, espuma, mordedura de lengua y pérdida de orina.
En este caso debemos colocar a la persona en el suelo, de lado si es posible. Retirar objetos cercanos a la víctima para evitar lesiones, aflojar ropa, quitar gafas y corbata. No hay que sujetar, pero sí proteger la cabeza (cojín, ropa…). También queda prohibido ponerle cosas en la boca y darle de comer/beber.
- Insolación/Golpe de calor
La insolación es un aumento de la temperatura corporal causado por una exposición prolongada al sol. Se presenta de forma súbita y puede producir pérdida de conocimiento. En este caso debemos poner al afectado a la sombra, aflojar ropa, aplicar compresas frías, ponerle en posición PLS y darle de beber sólo si está consciente.
- Quemaduras
Hay tres niveles de quemadura (primer/segundo/tercer grado) y, ante ellas, hay que intentar apagar la fuente de calor si está descontrolada o alejar a la víctima de allí, enfriar con agua durante 10-15 minutos, retirar objetos (anillos, relojes…), cubrir con gasas y realizar hidratación cutánea. Limpiar con suero, cubrir con gasas y acudir al centro sanitario lo antes posible.
Más información en [email protected], formacion@rescue-bike, en THE_RESCUE_BIKE (Instagram) y el teléfono 622 60 99 21.