Sin duda Michael Dunlop es un piloto de leyenda. El irlandés se subió a su BMW con la cadera, la pélvis y alguna costilla todavía soldándose y se hizo con la victoria. El piloto oficial de TYCO todavía andaba con muletas y aún así se las ingenió para hacerse con la victoria en las dos carreras. Michael Dunlop ya es historia viva del motociclismo internacional y aún así sigue añadiendo hitos a su carrera, sumando a sus títulos el de la Armoy Open que es una de las carreras urbanas más antiguas de Irlanda del Norte y se celebra a sólo 12 kilómetros de su pueblo natal de Ballymoney.
El primer día en la carrera de Superbikes, Michael Dunlop salía cuarto en la parrilla por detrás de Derek McGee, Derek Sheils y Michael Sweeney. Dunlop no perdió el tiempo y salió a ganar desde el primer minuto, poco a poco fue adelantando a todo aquel que se le cruzó por el camino hasta que al final cruzó la bandera a cuadros con una diferencia respecto al resto de sus rivales de 4,4 segundos.
En la segunda carrera, la “Race of Legends” Derek McGee estaba liderando la misma, hasta que en la cuarta vuelta sacaron la bandera roja debido a la caída del piloto Darren Cooper en la horquilla. Cuando la carrera volvió a empezar el piloto irlandés volvió a demostrar que es un campeón nato, aprovechando la situación se volvió a colocar primero con 3 segundos y medio sobre el resto. En la última vuelta y después de una carrera impecable Derek Sheils adelantó a McGee y se fue a por Dunlop, pero no hubo tiempo suficiente y Michael Dunlop se hizo con la victoria con una diferencia de más de 2 segundos respecto a Sheils.
Por último Derek McGee, fue el otro protagonista del fin de semana, que ganó tres carreras y podrían haber sido cuatro de no ser por un fallo mecánico que le obligó a retirarse dándole la victoria a Andy Farrel. McGee se llevó a casa las victorias en las dos carreras Supersport y en la categoría de 125/Moto3.