David Robledo: GP de la Comunidad de Madrid (Jarama, 1998)
Mi carrera favorita es el último GP que se disputó en el Circuito de Jarama. Quizás no sea la carrera más emocionante de la historia, pero tiene algo especial para mi. Supongo que haber estado en las gradas de la Hípica aquel caluroso día de junio y poder disfrutar en directo la última vez que las 500 rugieron en Madrid le da ese toque sentimental que me ha hecho decantarme por ella.
El sábado vi los entrenamientos por la tele, porque entonces tenía 15 años y cero posibilidades de cruzar la Comunidad de Madrid por mis propios medios. Pero el domingo, desde temprano estuvimos en el circuito. Llegamos antes de que se hiciera de día, dimos nuestro paseo desde el otro lado de la A1 hasta la zona de la hípica y era largo porque se entraba por la recta y había que dar la vuelta a todo el circuito hasta llegar arriba. Después de 125 y 250 llegó el momento del 500. Melé en la primera curva con Doohan, Biaggi y Crafar. Luego la locura, Crivi VS Checa, Checa VS Crivi, hasta que Crivi se fue largo a final de recta. Checa aguantó como un titán al frente de la carrera frente a Abe, Caladora (al que se le rompió la moto) y mientras todos disfrutando con Sete y su V2. Fue una de los momentos de mayor éxtasis colectivo que he vivido. Cuando Checa pasó por delante después de acabar la carrera, la grada se caía casi literalmente, porque empezó a bambolearse. Salimos vivos de aquella y hoy lo recuerdo como una de las carreras más emocionantes que he vivido. Enlace al vídeo en Youtube
Josep Armengol: Final de Superbikes (Imola, 2002)
Eso de elegir “tu carrera favorita” cuando llevas más de 30 años viviéndolas de una forma u otra ¡es complicado! Pero hay una, que en realidad son dos, que me levantaron del asiento en su día y que no me canso nunca de volver a ver. La prueba final del Mundial de Superbikes del año 2002, en Imola, donde llegaban con posibilidades de título Colin Edwards (Honda) y Troy Bayliss (Ducati). El de Ducati había dominado el año tras arrasar el año anterior, pero la Honda fue mejorando y Edwards remontó hasta llegar a Italia, a esa última cita, un punto por delante. La carrera es arte puro sobre dos ruedas, el final de la segunda manga en particular: cruzadas entrando y saliendo de las curvas, adelantamientos, toques… Tremendo. Ah, y tercero Rubén Xaus, cerca de ellos.
Javier Pérez-Rubio: Senior TT (Isla de Man, 1992)
Como amante de las carreras urbanas nunca olvidaré el mítico duelo Hislop-Foggy en la categoría Senior del Tourist Trophy de la Isla de Man en 1992, la última victoria de Norton en competición. El bufido de aquel birrotor de 147 CV refrigerado por agua con suspensión WP, frenos AP y 144 kg en seco se quedó grabado en mi memoria tras visionar el VHS resumen de aquella edición recién comprado en Libro Motor.
Por aquel entonces, en pleno ocaso de la histórica marca británica, nadie apostaba por Norton para la victoria. De hecho, la tabaquera John Player Special, patrocinador principal del equipo, había dejado de patrocinarles tras la temporada 91. Las rivales de aquella NRS 588 blanca eran muy serias: Phil McCallen y Joey Dunlop con las Honda RC30 oficiales por un lado, con Carl Fogarty y su Yamaha OW01 Loctite por otro. El escocés sólo contaba con su talento y la hipotética ayuda de su compañero Robert Dunlop, hermano de Joey, que a la postre cerraría el podio.
Nada más darse la salida, el británico y el escocés comenzaron a rodar a un ritmo demencial por el estremecedor Circuito de la Montaña de la Isla de Man. Se conocían bien y estaban muy picados, sobre todo tras una temporada 1991 en Honda como compañeros de equipo. Todavía quedaban 6 largas vueltas de 61 km cada una, pero los líderes no querían sorpresas y lo dieron todo desde el principio. Steve perdió tiempo en el segundo repostaje debido a que la tapa del depósito de gasolina se negaba a cerrar. Foggy aprovechó este percance para sacarle 3 segundos de ventaja a falta de dos vueltas. El último giro de Hislop fue apoteósico: ganó el Senior por sólo 4.4 segundos de ventaja frente a Carl ante el clamor del respetable. El británico se tuvo que conformar con batir el récord de vuelta rápida (18’18”.8) y marcar una media de 198.9 km/h, unas marcas que tardarían 7 años en batirse.
Morrillu: Guidon d’Or (2002)
Todos los años se celebraba en Francia el Guidon d’Or, una especie de Carrera de Campeones en el que los mejores pilotos de varias especialidades se enfrentaban en una carrera de supermotard indoor. Por aquel entonces era cuando el bicho de esta especialidad empezaba a picarme (a mi y a muchos). Intentaba ver cualquier carrera que llegase a mis manos, pero obviamente no sin dificultad pues hablamos de hace más de 18 años.
Y si una carrera me marcó fue el Guidon d’Or de 2002. En aquella ocasión un Boris Chambon desmelenado que se vio ralentizado en la salida por los típicos toques empezó una remontada brutal. Uno a uno se fue quitando a sus rivales de delante (por allí ya estaba un joven Adrien Chareyre), incluyendo adelantamientos con verdadero contacto. El ritmo del francés era netamente superior al resto y como muestra el adelantamiento del minuto 2:00 a nada menos que Dominique Poulain. Al final… al final no cuento nada más porque es mejor que veáis si consiguió o no la victoria.
