El concepto sigue siendo el mismo que en la gama Scrambler 800: una moto sencilla, fácil de conducir, divertida, accesible, con personalidad, seductora para aquellos motoristas que únicamente busquen disfrutar de su moto sin obsesionarse con altas prestaciones o tecnología. Un modelo, tanto para el que acaba de llegar al mundo de las dos ruedas, como para el que lleva una “jartá” de kilómetros a sus espaldas.
La Scrambler Sixty2, que debe su nombre al año en que la primera Scrambler salió a la calle en el mercado americano (1962), equipa un nuevo propulsor bicilíndrico en L de dos válvulas refrigerado por aire con 399 cc. Deriva del motor de la Scrambler Icon pero con un diámetro de 72 mm y una carrera de 49 mm, entregando una potencia de 41 CV a 8.750 rpm y un par motor de 34,6 Nm a 8.000 rpm. Este Desmodue cuenta con con tapas de aluminio mecanizado para el embrague y el alternador. Como en su hermana mayor, el bicilíndrico en L de la Sixty2 dispone de un único cuerpo de mariposa de 50 mm con doble inyector: esta solución garantiza una entrega de potencia fluida y el control preciso del combustible aspirado por los cilindros. Tiene homologación Euro 4, los pistones son de aluminio fundido, los asientos de válvulas están mecanizados y el cigüeñal es de una pieza.
Además de la cilindrada y potencia, la Sixty2 cuenta con otras diferencias que han hecho posible reducir algo su precio sin perder prestaciones: la horquilla invertida ha sido sustituida por una Showa convencional y el basculante es de acero en lugar de aluminio. Al necesitar menos potencia de frenado, el disco delantero reduce su diámetro 10 mm con una pinza de dos pistones en vez de los cuatro de anclaje radial Brembo anteriores. Calza los neumáticos Pirelli MT60 RS de corte mixto diseñados en exclusiva para la Scrambler sobre llantas de 10 radios de inspiración flat track cuyo neumático trasero ha visto también reducido su tamaño a 160/60 R17. Mantiene el chasis multitubular de acero y otros detalles como el ABS de serie, el sistema de iluminación con un faro halógeno delantero con luz de posición perimetral LED, piloto trasero LED, o la instrumentación digital.
El diseño exclusivo de su depósito en forma de lágrima y el logotipo personalizado la hacen fácilmente reconocible, así como sus tres colores exclusivos: Atomic Tangerine, Ocean Grey y Shinning Black. Cuenta con un nuevo guardabarros delantero, portamatrículas elevado y diferente disposición de los colectores de escape para apreciar con más claridad el motor, con un protector del silenciador en negro mate que le da un toque extra de originalidad.
Relájate…
La Sixty2 es una moto cómoda que hace gala de una postura de conducción relajada. Su asiento, a una altura de 790 mm, me permite apoyar perfectamente los dos pies en el suelo, aunque si este no está a tu gusto tienes disponibles como accesorios uno más bajo a 770 mm y otro elevado a 810 mm. El manillar, ancho y a una altura media, transmite la sensación de tener todo bajo control, haciendo muy fácil cualquier maniobra tanto en parado como a bajas velocidades. Los retrovisores están a la altura adecuada y gozan de buena visibilidad. El cuadro de instrumentos, igual que en la Scrambler de 800, es un conjunto redondo digital situado en el lado derecho del manillar. El cuentarrevoluciones va iluminando el perímetro del cuadro según sube de revoluciones. Cuenta con un cuentakilómetros total y dos parciales, velocímetro con números grandes en el centro, indicador de temperatura del aire, reloj, reserva de combustible, luces de ABS, recordatorio de mantenimiento, indicador de punto muerto, luces e intermitentes, inmovilizador y aviso de sobrerrégimen. Completo y fácil de leer. El tapón de llenado, que lleva la inscripción Born free 1962 (Nacida libre 1962), es un guiño al cierre que estaba en boga en los años ’70, como la llave, que una vez introducida en el contacto sobre el faro recuerda el diseño del interruptor de luces original.
Y disfruta…
Ducati eligió Barcelona como lugar para la presentación internacional de la Scrambler Sixty2, desde dónde salimos hacia el Skate Agora, en la playa de Badalona, donde un radiante día de sol y calor (para esta época del año) nos recibió creando un ambiente único dónde disfrutar con nuestra protagonista. Hasta llegar allí, la Sixty2 se mostró muy ágil y manejable por la ciudad, permitiendo movernos entre el tráfico a nuestro antojo. El único “pero” es el calor que sube por tus piernas cuando paras en los semáforos, que seguramente en verano llegará a ser molesto.
El motor es suave y no traquetea, además de hacer gala de una muy buena respuesta. El bicilíndrico Desmodue ha sido diseñado para favorecer el buen funcionamiento y la aceleración en todo su rango de revoluciones. El acelerador es dulce y reacciona rápido a los movimientos de tu muñeca, mientra que el accionamiento de su embrague por cable no supone ningún esfuerzo. Por autovía se hizo notar la ausencia de protección aerodinámica, algo de esperar en una naked.
Tras un rato en el Skate y en la playa llega el momento de dirigirnos hacia una carretera de curvas reviradas con una espectacular vista sobre la ciudad. Gracias al lanzamiento de 24° en la dirección y un avance de 112 mm, se consigue una manejabilidad excepcional, a la que también contribuye su ancho manillar. Cualquier maniobra es sencilla, entrando con mucha facilidad en las curvas y haciendo que los cambios de dirección no supongan ningún esfuerzo.
Las suspensiones ofrecen un buen comportamiento en general, aunque se echa de menos una horquilla con regulación, que en algunas ocasiones me pareció algo blanda. El amortiguador trasero resulta algo seco de reacciones en terrenos irregulares. Este sí es regulable, así que ajustándole seguro que mejora. Los frenos ofrecen buen tacto y tienen potencia suficiente para detenerla en cualquier situación. Los neumáticos mixtos que calza no suponen ningún problema a la hora de circular sobre el asfalto, ya que su compuesto blando se pega al asfalto permitiendo inclinar bastante sin condicionar el agarre.
