No sé si a vosotros os gusta o no navegar por internet, pero lo cierto es que a mí me encanta encontrar cosas que merece la pena dar a conocer. Esto es lo que me ha ocurrido en ocasiones con vídeos que impactan, emocionan y que, en definitiva, despiertan nuestra curiosidad y sentimientos.
Lo más habitual es encontrar vídeos geniales de la Isla de Man, los saltos de Cadwell Park, recopilatorios de los mejores momentos de pilotos que se han hecho leyenda, etc. pero sin duda alguna, los vídeos que me han dejado con la boca abierta en los últimos meses son los que se han currado la gente de de Icon para dejarnos anonadados mientras nos venden sus productos.
Al igual que Red Bull ha pegado “el pelotazo” con el salto de Felix Baumgartner , para mí, esta marca de equipamiento para motorista esta consiguiendo una notoriedad increíble en el mundo de la moto y más allá, sin invertir en publicidad convencional sino simplemente a base de “creaciones de calidad”. Algunos de sus vídeos tienen más de 12 millones de reproducciones en Youtube y esto denota que cuando se hace un trabajo con esfuerzo y pasión, el resultado es inmejorable.
El primero de los vídeos que vi de Icon era una batalla de drift entre dos Triumph Speed Triple y un Ford Mustang Cobra de 550cv de policía. Aunque a algunos les pueda parecer una vacilada tremenda, lo cierto es que, después del gran éxito cosechado con la primera parte de este vídeo, con una Kawasaki ZX10, han sabido sacarle todo el jugo al slowmotion, a las cámaras on-board y a sus inventos para ofrecer puntos de vista imposibles (como la pasada de coche teledirigido con cámara incorporada).
Icon nos deja perplejos con la habilidad de sus stunt riders, y lo que es mejor, han encontrado una fórmula en la que nos anunciantes están contentos. Ha llovido mucho desde aquellos fotogramas escondidos en la película de King Kong, que incitaban al espectador a comprar y consumir Coca-Cola. Ahora, con mucho camino andado, somos conscientes de que nos están vendiendo una marca pero no podemos ni pestañear cuando los pilotos se dejan la goma en el asfalto, saltan o hacen virguerías sobre la moto. Y todo ello mientras nos tragamos a cada momento las marcas que los patrocinan. Bravo.
Una de sus últimas creaciones es una producción de media hora llamada Portland to Dakar en la que los stunt riders hacen de las suyas sobre dos Triumph Tiger 800. Las calles de Portland, bosques, paisajes nevados y finalmente el desierto de Dakar se convierten en su escenario de juegos. ¿Y todo ello para qué? Pues para vendernos su nueva gama Patrol Raiden. Pues señores me quito el sombrero. Ojala muchas marcas nos sigan haciendo disfrutar de la misma manera para vendernos sus productos.
