Si nunca has visto ningún vídeo de George Smith Good, este de las 50 motos abandonadas te va a encantar. Él mismo se define como un “petrolhead”, hace todo tipo de pruebas y, también, lleva a cabo lo que se denomina urbex. Resumido, el urbex es entrar en lugares abandonados para ir encontrando «tesoros» y descubriendo todo lo que puede haber dentro, pero además cumpliendo con varias normas no escritas como son el no desvelar la ubicación, no romper ni llevarse nada, respetar el sitio y no forzar nada para entrar.
Pues bien, su nuevo desafío lo llevaba a un cementerio de camiones del que, lógicamente, no conocemos ubicación. Una vez dentro del lugar comienza encontrando todo tipo de autobuses, camiones y remolques totalmente abandonados y dejados a su suerte mientras el paso del tiempo hace su labor.
Tanto es así que muchos de estos camiones y autobuses ya se encuentran en pleno proceso de “asimilación” por parte la naturaleza. Es decir, las plantas están entrando ya al interior de los propios vehículos.
Se pueden ver algunos que están averiados, otros con golpes, algunos quemados… lo que podríamos decir que es un cementerio en toda regla, un cementerio en el que hay algunos vehículos que están llegando recientemente y también algunos que tienen la carga cuando se produjo el accidente.
Un camión con un tesoro dentro… ¡50 motos abandonadas!
Pero el “premio gordo” llega cuando se descubre la carga que transportaba uno de los camiones. Un remolque con al menos 50 motos abandonadas que, aparentemente por lo que se puede ver, estaban también accidentadas y entre las que podemos encontrar una Yamaha TZR o una Kawasaki GPZ 400. La lista sigue aumentando a lo largo del remolque, pero todo con motos aparentemente veteranas, aunque entre medias hay algún modelo más reciente como un Kawasaki ZX10R de mediados de los 2000 o una Suzuki GSR también de aquella época.
También parece que en otro de los camiones de al lado hay algunas motos más, aunque el acceso no es posible y no se pueden sacar muchas conclusiones. Lo que sí parece es que la mayoría de las motos no tienen matrícula y llevan años abandonadas a su suerte y la mayoría de ellas tienen daños de consideración, por lo que no sería descartable que en lugar de en un desguace acabaran allí.
En cualquier caso, un poco de espeleología urbana que nos recuerda que casi en cualquier sitio puede haber escondidas sorpresas, incluido un lote con 50 motos abandonadas.