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Valentino: ¡calla y da gas!

Fotos: Yamaha MotoGP
Aunque se encuentra metido en la batalla por alcanzar a Marc Márquez, el astro italiano no pierde momento para lanzar dardos envenenados a sus rivales, recriminando cada vez que puede el papel de Marc en 2015. Quizás sea momento de centrarse en el presente.

Vaya de antemano que el que escribe no tiene el talento, ni a años luz, que atesora Valentino Rossi y que sus triunfos del pasado son muescas de una espada que continúa afilada, lo cual tiene aún más mérito. Es más, lo que ha logrado el italiano en las carreras y fuera de ellas, como empresario, demuestran que no sólo ha sido y es un crack en un circuito a pesar de ir camino de los 38 años, si no que posee una inteligencia que se puede envidiar tanto o más que su talento para ir rápido sobre cualquier cosa que lleve motor.

Precisamente por eso, porque Rossi es una megaestrella, un ídolo para millones de personas, porque MotoGP ha alcanzado parte de su fama gracias a las genialidades y ourrencias de Valentino, es momento de alzar la voz. ¡Ya está bien, Vale! ¡Calla y da gas! Estas palabras las han usado millones de veces en miles de boxes, cambiando Vale por cualquier otro nombre y son tan universales como el motociclismo y la verdad, que no son patrimonio de nadie, pero son patrimonio de todos.

En las carreras siempre se viven situaciones tensas, da igual que estemos en una carrera de club o en MotoGP. Al final siempre que uno se sube a una moto es porque tiene en mente ganar y ganar no siempre es cruzar la meta primero, ganar es cumplir el objetivo y está claro que en 2015 Valentino no consiguió su objetivo. A pesar de realizar la que, bajo mi opinión, ha sido la mejor temporada de su carrera deportiva se quedó a las puertas del título, pero eso fue hace un maldito año. No voy a repasar todo lo que pasó a final de la temporada 2015, ni tampoco las salidas de tono que ha tenido desde entonces y que sólo muestran, a mi modo de ver, la frustración de quien ni haciendo todo lo que estuvo en sus manos logró su objetivo.

La lucha es abierta entre los dos pilotos Yamaha

Desde fuera se ve a un Valentino nervioso, lanzando dardos siempre que puede, da igual el objetivo. En Misano vimos como se enzarzó el mismo viernes con Aleix Espargaró y el domingo, intentando asumir que había perdido el GP ante Pedrosa, se comportó como un niño pequeño, pero con 37 tacos, que se dice pronto. No se corta atacando a Jorge Lorenzo, tampoco a Márquez, al que ha vuelto a mentar en una entrevista a la BT Británica, con Pedrosa ahí andamos y hay que esperar la llegada de Viñales a su equipo para ver cómo lo encauza.

El problema de esto es que Rossi se está centrando en los fantasmas del pasado y no parece percatarse que el décimo título no llegó ni va a llegar en 2015, porque ya estamos en 2016, y que si quiere conseguirlo tiene que batir a un puñado de fieras que sólo miran adelante y no atrás. Y mientras sucede esto, van pasando las carreras y, además, la guerra en Yamaha les ha hecho olvidarse que el “enemigo” es Honda.

La realidad es que aunque las matemáticas están de su lado, el título de 2016 es inalcanzable para Rossi a no ser que pase un desastre en el box de Márquez. Así que la mejor manera de empezar a trabajar en el asalto al título de 2017 es tomarse en serio lo que queda de 2016, olvidarse de todo lo que no sea sacar el potencial a pasear y pasar página a las guerras psicológicas que funcionaron con Biaggi y con Sete, pero que a Lorenzo o Márquez solamente les hacen dar más gas y eso, lo de dar gas, es lo que te lleva a las portadas por ganar y no por invocar una y otra vez a los espíritus del pasado. Unos espíritus, por cierto, que son en gran parte imaginaciones aplaudidas por su grupo cercano, ese grupo que le ha permitido creer y repetir ante los medios la mentira de que 320 puntos le hubieran dado el título 9 de cada 10 temporadas, cuando en esta década ningún título se ha ganado con menos de 330 y varios de ellos se han logrado con 350, ese mismo grupo que parece no haberle dicho aquello de ¡¡calla y da gas!!

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