Lo que a priori puede parecer una buena idea, con el paso de los días ya no lo parece tanto. Y lo peor de todo es si las consecuencias son en forma de accidente. Esto es lo que ha pasado en Valencia después de que el Ayuntamiento decidiese instalar unos nuevos separadores para los carriles buses pero diseñados para carril bici.
Con el paso del transporte urbano, estos no son capaces de resistir el peso y las ruedas con lo que acaban soltándose de sus fijaciones y yendo a parar a los carriles reservados para el resto de vehículos. Su pequeño tamaño en combinación con el color gris hace que sea difícil verlos y ya se han registrado varios accidentes entre motoristas y ciclistas que han derivado en las pertinentes denuncias al consistorio.
El despacho de abogados “TraficoAyuda” han sido los primeros en alertar el grave riesgo para la seguridad de ciclistas y motoristas que suponen estos separadores de caucho que dividen el carril bus de la calzada.
Es probable que con el fin de evitar polémicas y accidentes con los separadores de los carriles bus, como ocurrió en su momento en Madrid con las aletas de tiburón o los bordillos de hormigón años antes, buscasen una solución menos peligrosa. Sin embargo y aunque en un principio podría ser la adecuada, los materiales elegidos no lo han sido.
Esperemos que busquen pronto una solución antes de que haya que lamentar alguna víctima.