Publicidad
[the_ad_placement id="adsense-mega-2-mobile"]

La importancia de llevar el casco correctamente abrochado

Fotos: Superbike Unlimited
No es la primera vez que nos encontramos con casos de motoristas a los que, durante un accidente, el casco les sale literalmente disparado de la cabeza al no llevarlo correctamente abrochado. Pero en este caso el percance ocurre en un circuito y, aunque la imagen es impactante, no ocurrió nada.

Aunque creamos que la mayoría de nosotros llevamos correctamente abrochado el casco, lo cierto es que un gran porcentaje de los motoristas circulan con él incorrectamente fijado a la cabeza. La búsqueda de la comodidad, el desconocimiento o simplemente la dejadez hace que, en caso de accidente, pueda que el elemento que más protege a un motorista no cumpla su función al acabar lejos de nosotros.

Y si no fijaros lo que le podría haber pasado a este piloto que, tras embestir a otro al final de la recta de meta, ve impotente como el casco se sale de la cabeza y comienza a dar vueltas por el asfalto sin contar con su protección. Esos instantes sintiendo como ya no tienes el casco debieron ser terribles.

A la vista del vídeo, no parece que no llevase el casco abrochado sino que, como suele ocurrir, la correa con doble hebilla no iba fijada con la suficiente fuerza. Con el golpe del piloto en el suelo, el almohadillado absorbe parte de la fuerza con lo que aumenta la holgura entre la barbilla y la correa. La hiperextensión del cuello facilita que ésta salga hacia la boca con lo que el casco ya no está asegurado de ninguna forma.

Hace algunos meses vimos como una visera elevada y la alta velocidad unido a la holgura de la correa del casco jugaron una mala pasada a este motorista, y también como en un accidente, otro usuario de scooter perdió literalmente el casco. En ambos casos las consecuencias podrían ser terribles.

Este mal endémico ocurre con mayor frecuencia en los cascos con cierre micrométrico o de clip. Con el tiempo, el ajuste de la correa cede algunos milímetros con lo que ya no nos queda correctamente ajustado, aumentando las posibilidades de que lo perdamos en un accidente. En el caso de la hebilla de doble D, como lo ajustamos cada vez nos lo ponemos, es más difícil. Aunque si por comodidad lo llevamos algo flojo, nos puede ocurrir lo mismo que al piloto del vídeo.

Una forma fácil de saber si lo llevamos bien o no es pedir la ayuda de un amigo y colocarnos el casco. Una vez en la cabeza, nuestro compañero coloca una mano en la cincha y tira de ella hacia adelante mientras, al mismo tiempo, da un golpe con la mano abierta en la parte superior del casco simulando un impacto. Veremos como si no lo llevamos firmemente sujeto, el cierre no hace su función y nos dejara el casco sin nada que impida su extracción.

Lo último

Lo más leído