Entre las restricciones cada vez más extendidas a los vehículos de combustión, los incentivos a los vehículos eléctricos y la tendencia de la sociedad, las motos eléctricas van ganando espacio en las ciudades. Es cierto que de momento no son mayoría, pero se espera que en los próximos años terminen siendo una de las alternativas sin emisiones predominantes.
La cuestión es que al igual que siempre que alguien aprovecha la convalidación del carnet B para conducir una moto por primera vez recomendamos un curso, puede que no sea mala idea llevar a cabo un curso de motos eléctricas. Al fin y al cabo aunque hayamos conducido muchas motos “convencionales”, subirse a una eléctrica es una cuestión distinta en muchos más sentidos de los que a priori podríamos esperar.
La conducción es diferente tanto dinámicamente como por la mentalidad que debemos poner en marcha. Por ejemplo, aunque estemos ante una moto (no un scooter) por ahora son todas automáticas y es algo a lo que hay que acostumbrarse. También a la entrega de potencia, porque el motor eléctrico empuja desde abajo y es algo que incluso en los pequeños ciclomotores resulta chocante.

Pero no sólo eso, los vehículos eléctricos en general y las motos en particular tienen sistemas de regeneración en las frenadas. ¿Qué significa esto? Pues traducido un poco al lenguaje de los motores de combustión: cuando cortas gas el freno motor es mucho mayor porque en ese momento se está empleando la deceleración para ayudar a recargar la batería. Esa es una manera de aumentar la autonomía y es que si en los motores de combustión el tipo de conducción afecta al consumo, en uno eléctrico una conducción eficiente se nota tanto o más.
También está por medio la gestión electrónica y es que muchos modelos permiten que elijas el rendimiento que necesitas o quieres en determinado momento. Si por ejemplo, solo vas a moverte por zonas de velocidad máxima de 50 km/h algunas te permiten elegir modos más suaves y relajados para optimizar el consumo. En definitiva, además de conducir, hay que gestionar diferentes aspectos.
Por eso están comenzando a surgir escuelas de conducción que se centran en este reciclaje de conducción. Por el momento la primera noticia que hemos tenido al respecto nos llega de Francia. En la Isla de Puteaux, en París, ya se están impartiendo cursos de 7 horas para formar “eléctricamente” a los conductores de los carnets A1, A2 y la licencia AM. Además también es autoescuela para aquellos que quieren optar al A1 o A2 automático, algo que ya se puede hacer con eléctrica.