Una de las grandes dudas que plantean al gran público los vehículos eléctricos es su capacidad para hacer grandes viajes. Poco a poco se va aceptando por parte de la población que para ciudad los vehículos eléctricos son un gran aliado, pero los grandes viajes siguen siendo su punto débil. Quizás la implantación masiva de puntos de recarga rápida, que por cierto no son los más saludables para la vida de la batería, ayude a quitar esa percepción. También ayudan las baterías que van evolucionando y de las que se esperan grandes avances en los próximos años.
Pero sin duda lo que más quita las dudas a la gente es ver cómo otras personas son capaces de sacarle provecho a los vehículos eléctricos. Igual que en su día Montesa llevó a cabo la “Operación Impala” y llegaron desde Ciudad del Cabo a Barcelona para demostrar su fiabilidad, hoy los fabricantes de motos eléctricas se afanan en lograr grandes viajes que las equiparen a los modelos de gasolina.
Así es como Steven Day desde Nueva York, y Robert Swartz desde California, plantearon hacer simultáneamente pero en sentido contrario la ruta que se popularizó gracias a la Cannonball Run. En resumen, cruzar 4.677 kilómetros desde la Gran Manzana hasta Redondo Beach, en California. Para ello Steven contaba con una Energica Eva Ribelle mientras que Robert disponía de una EsseEsse9 también de Energica.
La aventura de Robert acabó antes de tiempo por motivos ajenos a la moto, y es que uno de los vehículos de apoyo tuvo un accidente por lo que tuvo que abortar el desafío. Sin embargo Steven, que recorría el sentido original de la Cannonball fue capaz de completarlo en 111 horas, es decir en poco más de cuatro días y medio. Si echamos cuenta la media es de 42 kilómetros por hora, una cifra que se veía comprometida por el hecho de que prácticamente cada 160 kilómetros debía parar durante algo menos de una hora para recargar.
Aun así es el récord absoluto para una moto eléctrica ya que hasta ahora, el récord estaba en 178 horas en manos de Diego Cárdenas y su Harley-Davidson Livewire. Esto implica que la mejora ha sido de 67 horas, casi tres días. De todas maneras aun está muy lejos del récord para una moto convencional y es que el pasado mes de octubre, Alex Jones logró hacer el mismo recorrido en 32 horas y 52 minutos con una velocidad media de 140 km/h. Obviamente en ese caso se hizo superando los límites de velocidad permitidos de manera constante, y sólo pensar las puntas que alcanzó rozando los 200 km/h dan miedo. Además, Jones sólo paró a repostar, hacía todo lo necesario (todo) encima de la moto.